Valledupar, marzo 7 de 2025. En un fallo reciente, Ariel Ávila, reconocido activista político y exmiembro de la Fundación Paz y Reconciliación, ha sido condenado a pagar una indemnización al dirigente político Sergio Araujo Castro, miembro de una destacada familia de Valledupar. La sentencia, que involucra una acusación infundada de vínculos criminales, marca un precedente importante en la defensa de la honra y la protección legal frente a calumnias.
En entrevista concedida a este medio de comunicación, Sergio Araujo explicó el contexto de la querella judicial que interpuso contra Ávila, quien en varias ocasiones vertió acusaciones sobre su familia, dañando gravemente su reputación. Según Araujo, Ávila, durante su participación en medios de comunicación, sostuvo que su padre, Álvaro Araujo Noguera había sido condenado por homicidio y vinculado a crímenes graves, acusaciones que fueron completamente falsas.
Sergio Araujo aclaró que “mi papá jamás fue vinculado, ni en rumores, a ningún crimen de esa magnitud”. Además, recordó que Ávila también relacionó a su hermana, María Consuelo Araujo, quien fue canciller y ministra de Cultura, con las Autodefensas, lo que consideró una calumnia sin sustento. Araujo y su hermana decidieron entonces presentar una denuncia ante la Fiscalía, pero el proceso penal no prosperó debido a que Ávila eludió la justicia, no atendiendo las múltiples citaciones de la Fiscalía.
“En ese momento, mi única expectativa era que Ávila se disculpara públicamente y rectificara su declaración. No buscaba una compensación económica, solo una reparación moral por los daños causados”, afirmó Araujo. Sin embargo, la falta de una respuesta pública llevó a Araujo a presentar una demanda civil por daño moral. Años después, la justicia civil emitió un fallo que obliga a Ávila a pagar una indemnización de 15 millones de pesos, cantidad que el mismo Araujo calificó como “simbólica”, destacando que lo importante fue el precedente legal que se establece con esta sentencia.
El caso de Araujo y Ávila no solo tiene implicaciones personales, sino que resalta una práctica cada vez más común en la política colombiana: el uso de acusaciones infundadas y calumnias como estrategia para ganar notoriedad. En este sentido, Araujo comparó a Ávila con la exalcaldesa Claudia López, quien también utilizó métodos similares para construir su carrera política. “El señor Ávila ha usado la misma estrategia que otros para destruir la honra de personas con el fin de escalar políticamente, sin importar las consecuencias para los afectados”, dijo Araujo.
Ávila, quien hoy es senador de la República, intentó evitar la condena apelando la decisión en varias instancias, pero la sentencia fue confirmada y quedó en firme. La condena subraya la importancia de proteger la honra de las personas, ya que el fallo establece que aquellos que causen daño moral mediante calumnias deberán indemnizar a las víctimas. “La honra de una persona es su mayor patrimonio, y la justicia debe garantizar que esta no sea pisoteada sin consecuencias”, afirmó Araujo.
Además, Araujo destacó que, aunque la indemnización económica no será un cambio significativo en su vida, es un símbolo de que la justicia en Colombia puede aún defender los derechos de los ciudadanos, incluso frente a figuras poderosas como Ávila. A pesar de que la cifra pueda parecer irrisoria para alguien con la posición económica de Ávila, Araujo aseguró que la sentencia marca un precedente muy importante: «Lo que está en juego aquí es el respeto por la honra y el nombre de las personas. Aunque Ávila pueda permitirse pagar esa indemnización, lo realmente relevante es que se le demuestre que no se puede calumniar impunemente.»
Este caso también refleja una realidad política preocupante: el uso de la desinformación y las calumnias como herramienta en la lucha por el poder. En su entrevista, Araujo fue crítico con el papel que figuras como Ávila juegan en la política actual del país. Aseguró que su carrera se ha forjado más a través de destruir la reputación de otros que de propuestas o logros concretos. “Ávila se hizo famoso por calumniar a personas y ahora se presenta como una figura moralmente intachable, cuando en realidad lo que ha hecho es dañar la vida de quienes han sido sus objetivos”, agregó.