Cerdanilla, España. Julio 3 de 2025. El fútbol mundial amaneció de luto este jueves tras confirmarse la trágica muerte de Diego Jota, estrella del Liverpool y de la selección nacional de Portugal, quien perdió la vida junto a su hermano menor en un accidente automovilístico ocurrido en el noroeste de España. Jota tenía 28 años y deja tras de sí una estela de goles, títulos y un legado que hoy sus hinchas lloran con profundo dolor.
La Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) fue la encargada de confirmar la noticia, que sacudió a la comunidad deportiva y despertó una oleada de mensajes de condolencias de parte de fanáticos, compañeros de equipo, exjugadores y clubes de todo el mundo.
El accidente se produjo en la madrugada, alrededor de las 00:30 hora local, en la localidad de Cernadilla, provincia de Zamora. Según la Guardia Civil, la hipótesis principal es que el vehículo en el que se desplazaban —un Lamborghini, según medios españoles— sufrió el reventón de un neumático mientras adelantaba a otro automóvil. Tras perder el control, el coche se incendió por completo, impidiendo cualquier intento de rescate.
En el siniestro también falleció André Silva, hermano de Jota, de 26 años, quien jugaba como profesional en el Penafiel, equipo de la segunda división del fútbol portugués. La FPF lamentó la pérdida en un emotivo comunicado, destacando que “la Federación Portuguesa de Fútbol y todo el fútbol portugués están completamente devastados por la muerte de Diogo Jota y André Silva esta mañana en España”.
La tragedia ocurre apenas dos semanas después de que Diogo Jota celebrara uno de los momentos más importantes de su vida personal: su matrimonio con Rute Cardoso, con quien tenía tres hijos pequeños.
Mucho más que un goleador
Jota era querido no solo por su rendimiento en la cancha sino por su carisma y cercanía con la comunidad. “Mucho más que un jugador fantástico con casi 50 partidos con la selección nacional, Diogo fue una persona extraordinaria, respetado por compañeros y rivales, alguien con una alegría contagiosa”, resaltó la Federación en su mensaje de despedida.
El delantero jugó 49 partidos con Portugal, participando en momentos clave como la conquista de la Liga de Naciones de la UEFA en 2019 y nuevamente en 2025. A nivel de clubes, la pasada temporada fue pieza clave en la obtención del título de la Premier League por parte del Liverpool, aportando seis goles y cuatro asistencias en 26 encuentros.
Su historia profesional comenzó en el Paços de Ferreira, desde donde dio el salto al Atlético de Madrid. Durante su paso por el club español, fue cedido al Porto y luego al Wolverhampton Wanderers, donde se convirtió en figura y ayudó al ascenso del club a la Premier League. En Liverpool, su talento y entrega lo convirtieron en ídolo de Anfield.
Hoy el deporte portugués y el mundo del fútbol despiden a un jugador que siempre fue mucho más que un delantero: un líder dentro y fuera de la cancha, un compañero leal y un referente para miles de niños que soñaban con seguir sus pasos.
Su partida y la de su hermano André dejan un vacío irreparable en su familia, su equipo y una hinchada que lo recordará celebrando goles, pero sobre todo, sonriendo.