No hay familia en el corregimiento de Los Venados, de donde no haya salido un profesional. Si hay algo que ha caracterizado históricamente a esa población, es que la gente tiene ganas de salir adelante, y de hecho, muchos lo han logrado. Tan es así que Los Venaos ha parido concejales, senadores y hasta gobernadores. Pero la verdad, eso de poco ha servido. » La gente llega, se gradúa, se va y se olvida de su pueblo» dice Eliacid Arias, un habitante de la población, que siente que en este momento, cuando más necesitan de sus ilustres hijos, esa ayuda no llega.

Y es que para los habitantes de Los Venados es urgente que alguien les de la mano, porque entre el fenómeno natural de El Niño y la empresa de energía Electricaribe están que acaban con el pueblo.

El primero es un fenómeno natural contra el cual poco se puede hacer. Este 2015 ha sido especialmente implacable el verano, que tiene completamente seco el río Garupal que surte de agua a la población. Eso ha provocado que de poco sirva el acueducto regional que viene construyendo el gobierno departamental. » Las obras no han terminado, y la verdad de nada serviría en este momento, porque al fin y al cabo el río no tiene agua» dice Eliacid quien sin embargo espera que cuando el acueducto regional culmine, les cambie la suerte.

Pero si bien es cierto es entendible que el verano los tenga pasando sed, si es inconcebible que en cuatro meses que llevan continuos sin el servicio de agua, el gobierno municipal no se haya acordado de ellos y no les haya enviado por lo menos un carro tanque. » En cuatro meses, han venido como cuatro veces» dijo a Tuperfil.Net Eduardo Córdoba, un habitante de Los Venados, mientras miguitea un poco del preciado líquido de una manguera que por lo menos la mañana de este domingo está goteando algo.

LOS VENAOS 3
Momentos en que en medio de la oscuridad se celebra el culto

A oscuras

Y si por los lados del agua las cosas andan mal, por los lados del servicio de energía pareen peor. Este año los bajones constantes, las noches en vela han sido comunes. Tan es así que la venta de velas se han disparado en las tiendas de la población. » Aquí alabamos a Dios a oscuras » dicen las mujeres que llegan al culto de la pequeña iglesia cristiana que funciona en la población. Sin verse las caras, más allá de lo que permiten las escasas velas que se colocan en el kiosco que hace las veces de templo, cantan sus alabanzas acostumbrados a la incomodidad.

Pero el espíritu de los venaeros es tan dócil que por la cabeza de nadie se pasa la idea de hacer una revuelta o algo por el estilo. Ellos siguen a la espera de que este periodo de campaña, atraiga como todos los años a los políticos que acostumbran a llegar a prometer. Y de seguro llegarán, pues en algunas calles están los afiches del candidato del alcalde de Valledupar.

LOS VENAOS 2
Este año es común que por las calles de Los Venados ande con pimpina de agua en las manos

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