César, febrero 26 de 2025. El departamento del Cesar enfrenta un panorama de creciente violencia debido al desplazamiento de estructuras armadas ilegales desde el Catatumbo. La presión militar en Norte de Santander y el corredor fronterizo con Venezuela han obligado a grupos como el ELN, disidencias del frente 33 de las FARC y otros actores armados a buscar refugio en el Cesar, particularmente a través del corredor de Altos de Bobalí.
Este corredor, que conecta la zona más empinada de El Carmen (Norte de Santander) con los municipios de La Gloria, Pelaya, Chimichagua y Curumaní, se ha convertido en un punto estratégico para el movimiento de estos grupos, lo que ha generado un aumento en la percepción de inseguridad entre los habitantes de estas localidades.
Además del ELN y las disidencias de las FARC, el Clan del Golfo ha consolidado su presencia en la región, lo que podría desencadenar disputas territoriales y un recrudecimiento de la violencia. Las comunidades locales han denunciado un aumento en la extorsión, amenazas y hechos violentos, mientras que las autoridades intentan contener la expansión del conflicto con operativos militares y estrategias de seguridad.
El despliegue de soldados del Batallón de Alta Montaña N.° 3 (BAEEV 3) de Ayacucho y otras unidades militares desde el norte del país ha sido una de las principales respuestas del Gobierno. Sin embargo, los efectos de estas medidas no han sido suficientes para frenar la avanzada de los grupos ilegales.
Ante esta situación, líderes comunitarios y expertos advierten sobre la necesidad de fortalecer la presencia estatal en estos municipios, no solo con operativos militares, sino con inversión social y estrategias que ataquen las causas estructurales del conflicto. La expansión de la violencia en el Cesar podría desencadenar una crisis humanitaria si no se toman medidas urgentes para contener la situación.