Juan y sus amigos están inspirados. Escriben y sin darse cuenta ya le están cantando a otros: “Llama a un amigo y dile que/cante muy fuerte y otra vez/ Y vamos a entonar esta composición/ Que habla de un nuevo amor, que es el amor por mi lugar / Este poblado que será una gran ciudad”.
Juan hace parte de los sesenta jóvenes del municipio de La Paz, Cesar que desde julio participan en el proyecto Compongamos La Paz, una iniciativa orientada a la promoción de la cultura de la legalidad, liderada por la Cancillería de Colombia, el Sena Regional Cesar y Corpovisionarios.
El proyecto, apoyado por la Alcaldía de La Paz y la Policía Fiscal y Aduanera, inició desde el pasado 23 y hasta el 26 de agosto, una serie de acciones de cultura ciudadana donde los jóvenes se toman al municipio y le cantan a otros. Con la asesoría del equipo de Corpovisionarios, estarán liderando la grabación de un vallenato y producción de un videoclip (Vallenato pacífico) y el embellecimiento y “toma pacífica” del municipio (Minga le ayudo).
El Vallenato pacífico que fue compuesto por los estudiantes de los colegios Ciro Pupo y San José, será grabado y producido el estudio musical del Sena Regional Cesar en Valledupar y contará con un videoclip del mismo (también producido por ellos). El lanzamiento de la canción y el videoclip se dará en el mes de septiembre.
Otro grupo de jóvenes, con el apoyo de familiares y amigos, y de algunas empresas como Interaseo y otros entes municipales se tomarán el municipio a su manera: graffitis, pinturas, siembra de plantas como símbolo de compromiso con la cultura, entre otros, llenarán los alrededores de la Plaza de la mujer Almojabanera y la Plaza Olaya Herrera, epicentros de las acciones de cultura.
Estas acciones hacen parte de un proyecto orientado a la promoción de la cultura de la legalidad, por medio de la implementación de estrategia de política pública para fortalecer la participación y la convivencia ciudadana en el municipio de La Paz, que ha estado históricamente marcado por el fenómeno del contrabando y por la cultura de la ilegalidad, atribuida al contrabando de gasolina, al consumo de drogas, al vandalismo, a la prostitución y al daño de espacios públicos, entre otros.
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