Nos molestamos  los periodistas del Cesar cuando la gente nos echa en cara lo que hizo el programa Séptimo Día del Canal Caracol, al destapar  el escándalo de los medicamentos falsos en la clínica Laura Daniela. Y nos lo echan en cara, porque los medios en esta zona del país, no fuimos capaces de poner sobre la agenda semejantemente tema, limitándonos solamente a dar a conocer que se habían descubierto que algunos menores de edad habían fallecido por el uso de estos medicamentos.

Hoy con cabeza fría, y después de soportar el matoneo de la opinión pública, tenemos que dedicarnos a sacar lo bueno de todo eso, pues al fin  de cuentas, una serie de lecciones le deja esta hecho al periodismo regional.

Nos comió el inmediatismo 

Lo primero sea decir que una vez más quedó claro que los periodistas en el Cesar, hemos perdido el interés por la investigación. Aquellos tiempos en el que los medios contaban con un grupo de periodistas dedicados a la investigación – cualidad que debe ser inherente al periodismo – y otros dedicados a la reportería diaria hace parte de la historia. ¡ Ese bendito día a día que nos termina volviendo inmediatistas y no profundos!

Seguimos disparando el tiro de esquina y tratando de cabecear 

Hace unos años, cuando a los propietarios de los medios, especialmente algunas emisoras les dolió seguir pagando a los periodistas, lo que nos convirtió en  arrendatarios o simplemente «vende cupos», nos tocó volvernos multitask, como le llaman los pelaos ahora a los que hacen muchas cosas a la vez. Por la mañana hacemos reportería, y por la tarde salimos a vender. ¿A costa de qué?. ¡De la calidad periodística!.

Como  no se trata del mundo ideal  – periodistas solo periodistas – sino del real – periodistas vendedores -,  dimos el paso para convertirnos de alguna forma empresarios dentro de los medios, no obstante nos quedamos con la cuota inicial para llegar  a serlo. Imposible parece ser para el periodismo local, aliarse con quienes si saben de mercadeo.

Nos dejamos de sorprender

Nos molestamos los periodistas cuando trabajamos en las cadenas nacionales, que desde la fría Bogotá nos envíen a un colega que conoce menos de nuestra historia pasada y presente, con el fin de hacer cubrimiento de esos hechos que se generan  en nuestra región. Pero pensándolo bien, aunque  a veces nos remiten  gente que no saben por dónde va tabla, especialmente a la hora de cubrir acontecimientos relacionados con nuestro folclor, casi siempre tienen razones de peso los directores,  para que un colega cachaco se suba un avión y aterrice  en nuestro territorio a hacer lo que deberíamos hacer nosotros. Una de las razones, es que muchas veces hemos perdido la capacidad de asombro, nos dejaron de sorprender, los artistas,  juglares, corruptos, políticos, problemas comunitarios, etc, etc,. Sus actos, sus hechos, se nos volvieron parte del paisaje.

Y ahora nos valentonamos y exigimos renuncias

La razón por la que andamos valentonados por estos días, es porque Séptimo Día nos puso la vara alta a los periodistas de esta zona del país, aunque nos duela y no tengamos el valor de reconocerlo.  Desde que el escándalo estalló, salimos a exigir renuncias. La primera fue la de la Secretaria de Salud Departamental Carmen Sofía Daza. Estamos de acuerdo en que la funcionaria era insostenible, por lo que la decisión del Gobernador Francisco Ovalle de ponerle reemplazo, fue la mejor.

Sin embargo ahora necesitamos un escándalo más criollo y más de agenda propia que nos devuelva un poco la confianza de la opinión pública. Por esa razón viene como anillo al dedo lo que ocurrió en la Secretaría de Educación Departamental, donde una funcionaria fue descubierta negociando con un docente para promover su ascenso  en el escalafón. Con filtrada de audio y todo, al estilo grandes cadenas radiales,  de que tiene que haber sangre en la arena, !tiene que haber!. Y esa sangre según algunos medios, debe ser la del Secretario de Educación Jorge Eliécer Araujo.

!Semejante ridiculez!, ¿exigirle la renuncia a quien precisamente destapa el escándalo aunque no filtre el audio?.  Sería como exigirle al Fiscal Néstor Humberto Martínez que renuncie porque anda investigando y destapando los incontables escándalos de corrupción que ocupan la agenda de los medios por estos días.

Una renuncia de Araujo es lo que anhelan los corruptos a los que él desenmascaró.

Por Limedes Molina Urrego

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