Valledupar, mayo 13 de 2025. El conflicto territorial y cultural entre sectores de los pueblos indígenas arhuaco y kankuamo, que se ha recrudecido en las zonas de Laureles y Monte Sión, continúa generando preocupación. En medio de la tensión, una de las voces que se ha alzado para pedir el retorno al diálogo y el respeto por las tradiciones ancestrales es la del líder arhuaco Miguel Chaparro, quien en diálogo con este medio de comunicación cuestionó las vías de hecho adoptadas por una fracción del pueblo arhuaco.
“Las vías de hecho no están contempladas en nuestra costumbre”, afirmó Chaparro, haciendo referencia a la forma en que se ha desarrollado el actual impase. El líder explicó que la situación ha sido liderada por un sector bajo la dirección de Sergio Ricardo Torres, perteneciente a la zona de Sabana Crespo, pero aclaró que esta forma de actuar no representa a todo el pueblo arhuaco. “Nuestra forma de actuar siempre ha sido de manera dialogada, pacífica, armónica”, reiteró.
Chaparro expresó su preocupación por lo que considera un cambio en la forma de actuar de un sector del pueblo arhuaco, que tradicionalmente ha optado por el diálogo. Recordó que “hace tres años ocurrió algo similar con los hermanos kankuamos y se minimizó el conflicto”, pero esta vez ha tomado dimensiones más graves.
Además, alertó sobre posibles factores externos que estarían influyendo en el conflicto. “La Sierra Nevada ha sido muy apetecida por gente externa por temas de minería y su ubicación geográfica. Esto podría estar alimentando este tipo de comportamientos”, señaló. Chaparro dejó entrever que hay intereses ajenos a las comunidades indígenas que podrían estar exacerbando las divisiones internas.
Cuando se le preguntó por la posibilidad de intervención de actores al margen de la ley, fue prudente, pero no descartó la hipótesis. “No podría decir que sí, ni que no. Aquí puede ser la combinación de varias cosas”, dijo, aludiendo a la complejidad del entorno geoestratégico de la Sierra y a la mezcla de lo legal e ilegal que históricamente ha afectado el territorio.
Frente a las salidas al conflicto, el líder fue enfático en que “los diálogos deben estar liderados por los mamos, sabedores espirituales de nuestros pueblos”, ya que, según él, este tipo de situaciones no se resuelven con acuerdos administrativos o políticos. “Se necesita un análisis amplio, complejo, que incluya lo espiritual, lo ambiental, lo político y lo económico”, afirmó.
Finalmente, hizo un llamado a que se respete el liderazgo ancestral. “El problema es que el señor Zarwawiko no atiende ni acata a los mamos. Y eso la opinión pública tiene que saberlo”, concluyó Chaparro, quien insiste en que el camino para resolver este conflicto entre pueblos hermanos debe basarse en el respeto mutuo y la sabiduría tradicional.