La decisión de los miembros de la comisión séptima del Senado de archivar la reforma laboral, es más un triunfo que un fracaso para el mandatario colombiano. ¿La razón?. Hace lo que Petro sabe hacer, victimizarse, y lo lleva de paso al escenario en donde se sabe mover mejor, al de las calles, agitando el pueblo y provocando destrucción en la infraestructura del Estado, del cual él hoy, es la cabeza.
Es dando discursos, sembrando el resentimiento donde Petro se mueve como pez en el agua. Allí nadie le ve una al presidente. Esa fue su plataforma para llegar al poder, el cual no sabe ejercer sino en a través de las mismas prácticas con las que logró el triunfo en su momento.
La consulta popular que anuncio el jefe de estado, es nada más y nada menos que el inicio de una campaña electoral que buscará, no solo sacar adelante las reformas que le han quedado grande al gobierno, sino garantizar la continuidad del proyecto del cambio.
Me imagino desde ya los discursos veinte julieros y kilométricos de Petro en las plazas.
Hoy al no poder cumplir con las reformas que anunció, como Uribe en su momento Petro dirá que la culebra sigue viva y que necesita cuatro años más, para continuar aunque sea en cuerpo ajeno, en el poder.
Señores senadores de la comisión séptima, ustedes estaban en su derecho , pero debieron mejor, permitir el debate en plenaria, y no atravesarse como hacia Petro, siendo congresistas. Señores senadores, por hacer una gracia hicieron una mosquitera.