Hace pocos meses me encontré con José Luis ,  a quien se le notaba a metros su tristeza. La razón de la congoja no se debía  a que su novia lo había dejado o engañado, ni que había peleado con la suegra. La tristeza  de mi amigo provenía de un desplante que un mandatario de turno le había hecho recientemente.  José Luis me dijo: “ Tanto que me jodì en su campaña y ahora no me para ni cinco de bolas”.

Como el caso de mi amigo, cuyo nombre obviamente es ficticio, hay millones y se repiten  día a día a lo largo de los cuatro años posteriores a la elección de esos a los que llevamos al poder, pues es común que inmediatamente asumen su curul o su cargo, cambian de número, cierran sus sedes políticas, cambian de sitios que antes acostumbraban visitar, y hasta al buen estilo del Príncipe de Maquiavelo, cambian de amigos.

Pero no nos digamos mentiras; hay algunos amigos, que se niegan a morir como la mala hierba y se logran pegar como sanguijuela a su ya electo amigo político. Llenos de paciencia hasta decir ya no más, logran tarde o temprano que este les cumpla lo prometido, y hasta le de más de lo acordado.  Entonces, ¿por qué no pasa lo mismo con los José Luis?

Yo tengo mi propia teoría, y de seguro usted tendrá la suya; en tiempo de campaña algunos no nos sabemos ubicar. Y se lo planteo de la siguiente manera:

Cuando usted va a un concierto es posible que al llegar temprano logre ubicarse cerca a la tarima para ver bien a su artista. Y es posible que él también lo vea y de paso interactúe en cualquier momento con usted. Si es mujer a lo mejor en medio de la canción le regale una flor, o se tomen hasta una selfie. Si  usted es  hombre, probablemente ese artista le levante el dedo pulgar y le diga que todo está chévere.

Pero si usted llega tarde al concierto, le toca mirar de lejos a su artista. Se gozará su presentación, cantará sus canciones, y hasta se emborrachará en medio de la turba. Pero no habrá obtenido la flor, la selfie o el saludo de todo bien, todo bien.

Así las cosas, si usted llega tarde a una campaña, es posible que el candidato obtenga su voto, pero nunca sepa que usted fue el que votó.

Ahora bien, hay casos de casos. Hay gente que llegó temprano, que puso su voto, que incluso llevó a otros a votar por ese candidato, y cuando llegó la hora de la repartición, se quedó sin contrato y perdió hasta la amistad de ese que era su amigo para el que ya usted no es importante. ¡ Ese es un nivel de bellaquería de alto nivel!.

Como estamos en tiempos de campaña, y las camionetas lujosas ya comenzaron a tomarse las calles más humildes, mientras que los abrazos rompe huesos pululan… Y como es tiempo de campaña y lo llaman a felicitarlo en el día de la mujer, y hasta del hombre, recuerde las siguientes recomendaciones para que por lo menos su corazón quede sano una vez pasen las elecciones:

  1. Llegue temprano. Decídase rápido a quien va a apoyar. De seguro tendrá más posibilidades de que su amigo al ser electo, se acuerde de usted.
  2. No se deje contar en el montón. Si usted es de los que se considera líder, mire bien en què lista se va a dejar meter, porque por estos días andan por ahí algunos expertos en hacer listas para llevárselas a sus candidatos, con el fin de garantizar su contrato solamente. No le crea el cuento que el beneficio directo es para todos los que están en su listado. ¡ No hay cama pa tanta gente!. El beneficiado de seguro solo será él.
  3. Recuerde que hay gente más cercana que usted al candidato al que decidió ¿Usted asiste a su iglesia, a su club, a sus fiestas?. Si es así, es posible que sean amigos de verdad. Si no, simplemente son conocidos.
  4. Si usted tiene una platica de sobra por ahí, apórtela a la campaña, pero que el candidato lo sepa. Aquí se cumple a cabalidad lo dicho por Rober Kiyosaki de que el dinero trabaja por ti. Si hay un compromiso que los políticos honran casi siempre, es el hecho con la gente que aporta dinero. Aunque a veces son tan bandidos que a estos también les quedan mal.
  5. No se vuelva tan mentiroso como su amigo político para conseguirle votos. Tenga en cuenta que su amigo no volverá a meter su camioneta por su calle pobre hasta dentro de cuatro años, pero usted si tendrá que caminar por ahí soportando los reclamos del adolorido pueblo.
  6. Recuerde que la política es dinámica, y a quien tiene el poder en sus manos le importa un carajo incumplir. Mejor ore o rece para que las estrategias antes anotadas le funcionen.
  7. Por último, ojalá vote a conciencia, sin esperar nada a cambio. Solo el bienestar de su comunidad.

¡Bienvenidos al tiempo de sembrar en tierra mala o en tierra buena!.

 

Por Limedes Molina Urrego

Director Tuperfil.net

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