¿Ha perdido usted tiempo en la vida? . Yo lamentablemente si. Y lo peor de eso, es que el tiempo no perdona , no se devuelve sino solo para reírse de las oportunidades que has perdido al perderlo a él.

El fin de semana pasado, perdí cinco minutos y un segundo de mi vida  escuchando la poesía más “sublime” que se haya escrito por parte de artista alguno en la historia de la música mundial. + 57, ¡desastre total!.

Siete artistas del reguetón unieron sus buenas voces y sus muy primarios cerebros para construir una canción  – decirle así ya es un insulto – que acompañado de una simple batería que suena al fondo – los otros instrumentos murieron para el reguetón – se dedica a sexualizar más de lo que está, a las jovencitas del país y de quien en el mundo consuma esta porquería de letras.

Necesité de un diccionario reguetonero – vainas de la ausencia de juventud – para lograr entender lo que dicen estos “ genios poetas”. Al final lo que me quedó claro, es que están hablando de una jovencita de seguro menor de edad, que es simplemente usada para el sexo desordenado y prostituido.

¿Saben qué es lo más triste? que mientras muchas mujeres luchan en el mundo por defender sus derechos para entre otras cosas dejar de ser cosificadas, existan otras como Carol G, usando su talento para hacerle apología a estos abusos por parte de los hombres. ¡ Que incoherencia!.

Triste que nuestro + 57, que es el código para llamadas al país, lo intenten estas “lumbreras “ del reguetón, convertir en el símbolo de Colombia asociado al sexo, porque somos para ellos entonces, el destino sexual del mundo. ¡Sipote! de destino somos entonces.

En aras de respetar a quienes culturalmente se identifican con estas letras que simplemente sirven para llenarle los bolsillos a millonarios artistas que no saben quien es el que consume – no saben tu nombre  ni quien eres – es imposible entrar en la censura desde los medios. Al fin de cuentas eso a lo que algunos llaman cultura, hace parte de la variedad de ofertas que hay en el país.

Lo que si le impone a los padres de niños y adolescentes – ya yo salí de esa tarea hace ratos – es el reto de sentarse con ellos, con sus hijos, a escuchar eso que llaman canción  y a desmenuzar la letra para debatir al interior de cada hogar, si eso de verdad sirve para algo en el intelecto y en el espíritu de alguien, y de seguro concluirán  que eso no edifica y que simplemente destruye cerebros, como los de los cantantes de marras.

Si, pierda cinco minutos, o diez escuchando aunque así siga inflando el bolsillo de Karol G y su combo, para que sea la ultima vez que permita que eso que llaman canción, termine embruteciendo a los suyos.

Cargar artículos relacionados
Cargar mas en Opinión

Puedes leer.

/ Muy Personal/ ¿Ya vieron el alumbrado navideño en Valledupar?

Si no lo han hecho, no se preocupen. No se están perdiendo de gran cosa. Bueno, a menos qu…