A la espera de que algún gobierno, municipal o seccional se digne en prestarle atención, continúa el escultor Jhon Peñaloza. Se trata del artista que por iniciativa propia se le ocurrió construir una estatua en homenaje al cantante de música vallenata Diomedes Díaz, fallecido el 22 de diciembre de 2013.
Peñaloza comenzó el trabajo pocas semanas después del fallecimiento del vocalista víctima de un infarto cuando dormía en su residencia al norte de Valledupar. Lo hizo porque quiso rendirle un homenaje al más grande músico vallenato, pero sin lugar a dudas, porque creía que la estatua se vendería como pan caliente.
No fue así. Un año después la estatua del Cacique de la Junta continúa en una bodega del Parque Industrial.
La escultura está avaluada en la suma de 500 millones de pesos. Dinero que debiera ser aportado por el gobierno de Fredys Socarrás o el de Luis Alberto Monsalvo. Ninguno de los dos han prestado atención a la obra. El primero al parecer porque el escultor perteneció al gobierno de Luis Fabián Fernández en el que trabajó como director de cultura. Del segundo no se sabe la razón.
Pero si no lo han hecho ni el gobierno departamental ni el municipal, mucho menos lo harán los diomedistas. Y no precisamente esos que escasamente tenían para pagar un cd o la entrada a una presentación del vocalista, sino esos que gastaron millones de pesos para que el artista los saludara en sus discos. Ninguno lo ha hecho y tal vez ocurra lo mismo que con la iglesia que Diomedes Díaz le prometió en vida a su virgen del Carmen.