El Superservicios dijo lo que ya se sabía: Emdupar está en crisis. Obvio, si no fuera así, no hubiese sido intervenida la empresa, y de hecho muchos no hubiésemos clamado esa intervención, cosa que por fin se dio desde marzo pasado.
Datos del informe entregado por la Súper: Una cartera por cobrar de 88 mil millones de pesos. Un retraso de 30 años en actualización tecnológica. Mejor dicho, en Emdupar de vainas, no trabajan aún con máquina de escribir. Las convenciones colectivas firmadas por la empresa con los sindicatos afectan las posibilidades de inversión. En fin, Emdupar anda grave. Pero insisto, ya eso lo sabíamos todos.
¿Qué hacer entonces?
La Súper servicios plantea las siguientes opciones:
Renegociar las convenciones colectivas con los sindicatos. Duelale o no a los sindicatos, eso se tiene que hacer, aunque a decir de agente interventor y del mismo Superservicios, estas organizaciones han sido receptivas con este planteamiento.
Trabajar para disminuir las pérdidas comerciales, mejorar el recaudo, gestionar mayor inyección de recursos por parte de Gobernación y Alcaldía de Valledupar.
Son muchos los planteamientos que se hacen, y que se convierten en una hoja de ruta a seguir juiciosamente.
Mientras se plantea la dura misión de salvar a Emdupar, usted que me escucha posiblemente a esta hora mira como resuelve el tema del agua. Abrió el grifo, y no sale ni una gota. Así que, si le digo que de todos depende salvar a Emdupar, no es que usted tenga muchas ganas.
Pero no nos queda de otra. Desde la sociedad civil, desde casa podemos poner nuestro granito de arena. Comencemos con pagar la factura, aunque el servicio aún sea pésimo.