Se sinceraron los muchachos. Los pelaos de La Banda del Cinco, han reconocido que no hacen vallenato, que lo de ellos es otra cosa, fusión, música de acordeón sí, pero no paseo, merengue, son, mucho menos puya vallenata.
Y me alegra lo que los muchachos de la Banda del Cinco han hecho, sincerarse, reconocer que son cualquier cosa, menos un conjunto de nuestra música vernácula.
Lo que no comparto es que ahora digan que hacen “ bandanato”, un supuesto género musical. Eso me parece más atrevido que hacerse pasar por grupo vallenato. Eso querer ponerse a la altura de Joe Arroyo con el Joe Son, o de Calixto Ochoa con el paseaito. Estos dos, son de otro planeta.
Les reconozco eso sí a los muchachos de la Banda del Cinco, la estrategia. Con salirse del vallenato y crear un supuesto género musical, terminan con la discusión porque llevan a los amantes de la música a un punto donde es imposible controvertir, ya que se crean algo que no existe. Es la creación de un mundo imaginario, paralelo, inédito, del que solo ellos, son expertos.
Lo anterior me lleva a pensar, que en algún momento la discrepancia tendrá que acabarse en torno a la música vallenata. ¿Quién hace vallenato en la actualidad? Sin ser experto en el género, me atrevo a decir que nadie es cien por ciento puro en el campo de la música de Francisco del Hombre. Eso solo se consigue durante el festival que celebramos todos los años, y que por cierto hoy, premiará a los ganadores de este año. Del resto hacemos vallenato de diversos estilos. Vallenato llorón, tropi vallenato, vallenato pop como el de Vives, nueva ola como la de Kaleth, brincon como el de kavras, sabanero, y ahora , bueno, aparece el supuesto balanato, que no es más que una manera de intentar acallar las críticas de las que es objeto la Banda del Cinco, a quienes de todo corazón, les deseo todo el éxito del mundo, para que en cuando pasen los años, las críticas de hoy día, no sean más que anécdotas y trabas que los hicieron crecer.
Vallenato para todos los gustos, esa es la riqueza de nuestro folclor.
