Un S.O.S está lanzando la comunidad del barrio El Eneal por una construcción que se adelanta al pie del nacedero de la acequia en Mamón o Solución en el Eneal, cerca del Cerro de La Popa en Valledupar, en donde se han talado gran cantidad de árboles lo que atenta contra el medio ambiente y condena en un futuro a que desaparezca el manantial.
El llamado lo hace el presidente de la JAC del sector, Abilio Peñaloza, quien instó a los organismos competentes, para que se cercioren del crimen ecológico que ocurre en el lugar. Pese a eso, nadie detuvo la depredación, aún con una tutela enviada a Corpocesar para que no dieran los permisos para construir en el lugar, sin embargo, todo fue en vano ya que comenzaron las obras sin respetar la ronda hídrica y tras el sacrificio de varias especies maderables.
Manifiesta Peñaloza que ya el terreno está nivelado y están levantando las bases o muros para construir las viviendas de un piso, aún, desatendiendo el clamor ciudadano, lo que se acrecienta porque ya están instaladas las vallas de la Curaduría por lo que se cree, que Corpocesar dio también el permiso, por eso pide el pronunciamiento de la directora encargada de la Corporación, Yolanda Martínez.
Alfredo Triana, delegado de la Junta de Acción Comunal del barrio, complementa la queja asegurando que a pesar del temor que les da de denunciar estos casos por lo que está ocurriendo con los líderes, es menester que la gente conozca este tipo de anomalías, porque no solo atentan contra un barrio, sino contra la humanidad, lo que se refleja con el cambio climático por este tipo de abusos en contra de la naturaleza.
Piden frenar este atentado a este nacedero de agua que ya se está retirando por otra anomalía y es el vertimiento de aguas residuales que algunas casas no legalizadas lanzan al cauce, todo eso lo consignaron en la tutela, pero la contestación que recibieron de las autoridades ambientales es la orden para adelantar esta obra.
Para adelantar esta obra se dio la deforestación de árboles como totumo, mango y ceiba con más de 50 años de sembrados dijeron los querellantes.
Por William Rosado Rincones.
