La tranquilidad de los habitantes del barrio Dundakare ya no existe. Un negocio, que se convirtió en un amanecedero, les quita el sueño a los residentes en ese sector de la ciudad.
El negocio funciona en un predio de propiedad de un señor identificado como Manuel Sierra. Es un espacio tapiado con mucha arborización en su interior, en donde de acuerdo con los vecinos de Dundakare, desde las dos de la mañana, todos los días, ponen música a alto volumen. “ Al parecer los dueños de ese negocio tienen otro negocio en el centro, pero como deben cerrar, se traen a la gente para acá” dijo una vecina de Dundakare, visiblemente molesta por el trasnocho al que estas personas tienen sometidos al sector.
El pasado sábado, miembros de la Policía acudieron al llamado de los molestos residentes, pero por no tener una orden judicial, no les permitieron el ingreso a las autoridades.
“Estamos cansados, aburridos del abuso de estas personas” dijo una mujer que vive a escasos metros de este negocio clandestino, por lo que pidió a las autoridades que revise el uso del suelo, y verifique si este establecimiento cuenta con permiso para su funcionamiento.
