Les propongo hacer el siguiente ejercicio y si quieren me cuentan sus experiencias en el correo que aparece al final de esta columna. Pregúntenle a varias personas de su entorno por quien van a votar el próximo 29 de mayo y por qué van a votar por ese candidato. 

En los sondeos que he realizado en mis viajes de trabajo a  diferentes ciudades y poblaciones del país, aprovecho para hacer este ejercicio con personas que me tropiezo en los aeropuertos, restaurantes, bancos, supermercados, comercio informal, agroindustria y conductores de taxis, entre otros. Las respuestas suelen ser las mismas. Los que dicen que van a votar por Petro, arguyen motivos de rabia y represalia contra el actual sistema político corrupto y guardando la esperanza de que les regalen lo que no han podido conseguir por la dificultad de conseguir un empleo digno. Los que van a votar por Fico, dicen que lo harán porque tienen mucho miedo de que Petro -con esas ideas socialistas-, los lleve a la miseria como lo hizo Chávez y Maduro con los venezolanos. Y los que dicen que van a votar en blanco, suponen que Fico, es la continuidad del actual régimen, y Petro, un remedio que resulta peor que la enfermedad. 

Lo más preocupante es que, muchas de estas personas creen que la mejor manera de vengarse de los políticos corruptos o acabar con el “régimen de la complicidad” como lo bautizó Álvaro Gómez, es dándole la oportunidad a otros políticos con peor prontuario. La mayoría de las veces, las consecuencias de nuestra ira es mucho más nefasta que la razón que la originó. Los que van a votar en blanco, prácticamente van a endosar un cheque en blanco a una población minoritaria incauta, poniendo en riesgo su patrimonio y el futuro de sus hijos. Claramente, el actual régimen político exige del próximo gobierno una reestructuración total; pero tratar de cambiarlo por un régimen socialista que ha llevado a la miseria a los venezolanos y ahora está arrasando con los argentinos, peruanos y chilenos, es como tratar de curar una cirrosis con ron. 

Esta incertidumbre política me recuerda una frase famosa de Buda. “Aferrarse a la rabia es como agarrar un carbón ardiendo con la intención de tirarlo a alguien; eres tú quien te quemas”. Seguramente los tres grupos de votantes tienen razón, pero una cosa es la sensatez y otra muy distinta es la torpeza y la ignorancia. Para nadie es un secreto que, muchos colombianos estamos contrariados con el actual régimen político, pero no vamos a ser tan estúpidos de ir a apagar un incendio con gasolina. Todos sabemos que la izquierda es muy hábil cautivando el voto de la gente incauta con discursos que incitan al odio y a la lucha de clases. Con esa táctica han cautivado al 43% de los encuestados en este país. Si no despertamos, vamos a salir chamuscados todos. 

Ojo con el 29 de mayo, no vaya a ser que nos pase como la famosa fábula política brasileña de “La hormiga, que por odio a la cucaracha, votó por el insecticida. Murieron todos, hasta el grillo que se abstuvo de votar”. 

Por Indalesio Dangond

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