Duermo parte de la noche con el radio en la oreja. Y en la siesta sé que he dormido porque cuando despierto ya no están presentando el programa de radio que dejé al recostarme. Si, lo confieso, soy adicto a la radio más que al tinto.
El gusto me comenzó cuando era niño, pero diría que se volvió un vicio en 1992 cuando a raíz del apagón, a los colombianos nos tocó dejar de ver televisión y escuchar mas radio. Fue en una de esas noches que comenzaban más temprano por la ocurrencia de adelantar el reloj, con la famosa Hora Gaviria, cuando buscando en el dial me topé con La Luciérnaga de Caracol Radio .
Pero la verdad con los años el programa me comenzó a aburrir. Hernán Peláez, su director y a quien se cataloga como un verdadero maestro de la radio, me parecía soso, aburrido, sin argumentos. Simplemente me sonaba a un conductor de tira la pelota pero nunca hace una gambeta y marca un gol. Eso sí, hablando de futbol, no hay nadie mejor.
Gustavo Gómez, Nuevo Director de La Luciérnaga
Es por eso que celebré la llegada de Gustavo Gómez al programa desde el pasado martes 13 de enero. El periodista paisa, al que al parecer muchos odian, se me hace es de lo mejorcito que hay en la radio actualmente.
Es verdad que a veces habla más de la cuenta, y que a todo le quiere sacar humor, pero de que es bueno y mejor que Peláez para conducir La Luciérnaga, lo es.
Pero la llegada de Gómez a la dirección del programa a muchos no les cae nada bien, comenzando por Gustavo Álvarez Gardeazabal quien desde su finca en Tuluá se sentaba a hablar y a hablar de lo que le contaban. La verdad el escritor por ratos tenía apuntes buenos, pero su veneno era más el de un simple resentido, que el de un periodista serio. Por eso celebré también su salida. Bueno o malo, ya era hora de irse.
Uno tiene que saber cuándo es la hora del retiro. Peláez y Gardeazabal debieran asumirlo, entenderlo y aceptarlo. Ya estaba bueno, el programa necesitaba un oxígeno y llegó ese oxigeno con Gómez y su gente, quienes nos están mostrando que se puede hacer radio de calidad, con humor fino y actual, sin chabacanería sino basados en la investigación y el rigor periodístico.
Carajo, ¡cómo nos falta aprender por acá en estas tierras a hacer buena radio!.
Por Limedes Molina Urrego
Director Tuperfil.Net