La campaña a la alcaldía de Valledupar estaba fría, sonsa, le faltaba sabor. Pero esta semana se puso buena, luego del anuncio de Jaime González de presentar su nombre a la Alcaldía de Valledupar. Le llegó competencia a Ernesto Orozco, quien hasta ahora era el rey y señor en las encuestas. No se ha conocido nuevo sondeo, pero de seguro algo cambiará.
Jaime González es un pollo bueno. Reúne algunas cualidades que cualquiera desearía. Es joven, cae bien, bien parecido, pinta como dicen las peladas, y viene de abajo. No tan de abajo, pero tampoco es de cuna de oro. Mejor dicho, es un nuevo Tuto. ¿O un nuevo Mello?
Eso sí sería grave, para él, porque está comprobado que, en Valledupar, alcalde no pone alcalde.
Por obvias razones, nuestros alcaldes se desgastan muy fácilmente, principalmente los más jóvenes que hemos tenido. Muchachos que son carismáticos, buenos durante las campañas, pero que al momento de gobernar dejan muchas cosas que desear. Así que González la tiene dura porque si bien es cierto como candidato es fácil de vender, esas cualidades no son del todo una garantía para ganar las elecciones.
La gente está reacia, lamentablemente, a los candidatos jóvenes, a otro pelao pinta en el palacio municipal. Una nueva temporada para este reallity es difícil vender.
Jaime, dice que no es el candidato del Mello, pero cometió el error de mostrarse en la rueda de prensa donde anunció su decisión de aspirar, rodeado de algunos de esos acaba ropa que estuvieron cerca, y muy cerca del actual alcalde.
Jaime, esos personajes restan hijo, no suman para nada pelao. Y lo peor, es que se echan mentiras ellos mismos creyendo que aún tienen la simpatía del pueblo, cuando le incumplieron a sus votantes una vez ganó su candidato.
Así que está a tiempo de hacer ajustes, de tomar distancias, y hacerse creíble. Lástima lo de la experiencia, aún Jaime no ha gobernado nada.
Esto se puso bueno. Ya comenzará el desfile de los que aterrizan, ponen los pies sobre la tierra, se dejan de echar mentiras, y declinan sus aspiraciones buscando el árbol que mejor sombra le dé.
