Si hay algo que a la gente le molesta, es que lo inviten a un acto con un objetivo determinado, pero termine en un acto que se diseñó con otras intenciones.
Lo invitan a un foro sobre emprendimiento, pero el líder del evento le termina presentando a un candidato, que, por casualidad, iba pasando por ahí y quiere saludarlos.
Usted va a la iglesia y el pastor invita al pulpito a un candidato que de un día para otro cree en Dios y quiere saludarlos y en el peor de los descaros, predicando.
Señores candidatos, asesores, esas son estrategias chimbas que no seducen a nadie, sino que por el contrario espanta a los potenciales votantes.
Estrategias chimba como la de las llamadas o mensajes de textos en el que ciertas IPS lo invitan a actualizar los datos para supuestamente “mejorar” los servicios que a usted le presta, o le prestará en un futuro.
Uno entiende que cada día se vuelve más complicado hacer campaña, porque lo que la desconfianza, la apatía se apoderó de los electores. Las decepciones del pasado, desmotivan, nos volvieron a los electores desconfiados, por encima de todo porque lo que más se hace en un discurso, es mentir.
Pues estas estrategias chimbas antes anotadas, hacen parte de las mentiras que hacen que el elector les crea menos.
Sinceridad señores candidatos, sinceridad. Si comenzamos con ella por delante, les irá mucho mejor en sus campañas.