Usted que es amante de la literatura, no se entusiasme mucho porque no va a leer a continuación sobre la obra de John Ronald Reuel Tolkien,  el inglés que escribió El Señor de Los Anillos. Tampoco voy a hablar de la Comunidad del Anillo, escándalo que sacudió hace un tiempo al país, y que no derivó en más nada sino en la crucifixión de una destacada periodista. Los Anillos del Poder, es una teoría que he venido compartiendo en algunos escenarios, y que mi colega y maestro Aquiles Hernández la divulga, eso sí, citándome como autor cosa que le agradezco mucho.

La coyuntura es muy propicia para hablar del tema, porque estamos en pleno proceso electoral. Todo se basa en mi experiencia como integrante de los equipos de comunicaciones de las 14 campañas políticas en las que tuve la oportunidad de trabajar. Ahora, mirando los toros sobre la barrera, me permito compartir con ustedes lo que aprendí en esas campañas políticas, y las que me ha tocado vivir como simple periodista.

Los anillos a los que me refiero, son esos que rodean al candidato durante una campaña política. Él obviamente en el centro, se hace rodear de personas que  integran los anillos dependiendo de la necesidad que tenga el aspirante.

Primer anillo: Comunidad

En el primero anillo están los líderes comunitarios. Ellos son quienes tienen el privilegio de hablar más de cerca con los candidatos, pues estos los hacen sentir como que “esta campaña es tuya”, y seré tu  alcalde, gobernador, concejal,   diputado o presidente Obviamente ahí están los que ponen los votos, la gente de los barrios y de las poblaciones más deprimidas. Ahí están estos que se chupan el aguacero para ir a las manifestaciones, llenan los buses que le facilitan a los lideres comunitarios, y que votan porque de seguro cuando gane su candidato, el amigo, primo, hermano, o tío que lo llevó, algo le van a dar.

Segundo anillo: Periodistas

El segundo anillo lo integran los periodistas, los que hacen parte del equipo de comunicaciones y todo el que tenga programa o maneje un portal de noticias, o simplemente haga parte de los medios, no importando la sintonía y la aceptación por parte de quienes consumen la información que publican. Incluso, hasta los “periodistas soy yo” se cuelan en la cochada. Son esos a los que en tiempos de campaña, los candidatos les contestan los mensajes así sea tarde en la noche, visitan sus estudios y hasta los  invitan a sus correrías los fines de semana. Son (somos)  todos de alguna forma, los consultores de los aspirantes. Aquí también caben los que ahora se hacen llamar influencer.

Tercer anillo: La familia no es lo primero 

En el tercer anillo se encuentran los familiares del candidato. Es que en plena campaña, poco tiempo hay para compartir con la pareja, con los padres, con los hermanos. Ellos ahora solo sirven para grabar conmovedoras cuñas sobre las  cualidades de papá, mamá, hermano etc.  La vida es dura, y el sacrificio implica estar lejos de lo que uno más quiere, todo  por conquistar los votos.

Cuarto anillo : Los caciques

Aquí circulan esos hombres y mujeres que, o han sido mandatarios, o simplemente son influyentes figuras públicas. Viejos zorros, les dicen. Son esos que, con vincularlos, se dan golpes de opinión. Por lo general no salen a buscar votos, no se ponen el overol, pero el solo hecho de decir que están con el candidato, le suman algo a la campaña. O bueno, eso creen siempre los candidatos que también pecan de inocentones.

Quinto anillo:  apáticos y opositores

Parece mentira, pero esos que no votan por nadie, no buscan un voto para nadie, no dicen ni mu, y también esos que se oponen todo el tiempo, que critican todo lo que el candidato dice o hace, son actores importantes en las campañas políticas.  Se necesitan en una democracia, y más en la nuestra. Algunos son expertos en la lisonja también, y tienen el don de saltar de sede en sede haciéndole creer al candidato que están con ellos. Tienen uno, dos o tres empleados, y juran y perjuran que estos votan por los que ellos dicen. Hablan con la ceja levantada, y abrazan como abrazan los políticos, porque les han aprendido mucho.

Sexto anillo.  inversionistas

Para elegir a un mandatario en nuestra bella Colombia, se requiere mucho dinero, es por eso que aquí están los dueños de los bancos, los industriales, los empresarios. Ellos les ponen plata a todos, así que gane quien gane, siempre les irá bien. En las regiones también hay adinerados que ponen la platica, y obviamente hay que responderles. ¡Pero que eso no se sepa!. Hay que mantenerlos allá lejos, en el último anillo.

Cambio de posiciones

Ahora bien, cuando llega el día de las elecciones y como por arte de magia, todo cambia. Durante el discurso al conocer los resultados, el candidato mantiene los anillos casi intactos, y digo casi, porque mientras el nuevo gobernador, alcalde, presidente entrega su primer discurso emocionado, y veintejuliero,  ya en tarima usted puede comenzar a ver algunos personajes que durante la campaña nunca observó. Le invito a hacer el ejercicio el mismo 27 de octubre cuando termine el conteo de votos y después del último boletín de la Registraduría. Observe bien como las cosas comienzan a cambiar.

En tarima aparecen uno que otro inversionista, uno que otro apático u opositor, y obviamente la familia comienza a recuperar el espacio perdido.

Pero eso no es nada, espere el primero de enero, y verá como los anillos sufren un cambio en la posición casi que instantáneo como su usted al quitarse el sombrero, este le saliera al revés.

Anillo número seis ( inversionistas ), pasan a ser el primero, porque a ellos hay que recuperarles su inversión.

Anillo número uno ( comunidad ) pasa a ser el anillo número 6, porque al fin de cuentas cumplirle a tanta gente es imposible y el gobierno debe ser de todos.

Anillo numero dos ( periodistas ), han dejado de ser tan importantes, y entonces es necesario que solo se queden en el dos los periodistas que trabajarán en la oficina de prensa y los dueños de los medios. Eso sí, que quede claro, que el periodista ya no puede llamarle ni por el nombre ni por el apodo, a su jefe. Así las cosas, ahora harán parte del anillo número  cinco.

Anillo número tres (la familia). Estos tal vez no alcancen a estar en el anillo número uno, ya que el mandatario vivirá muy  muy ocupado, pero sí tendrán un espacio privilegiado en el anillo número dos.  A menos que dentro de la familia, exista alguno que logró entrar como inversionista lo cual lo ubicará en el anillo número uno.

Anillo número cuatro ( Caciques ). La verdad, como a veces también han sido inversionistas, puede que lleguen a hacer parte del anillo número uno, de lo contrario lo más seguro es que se queden como pieza de museo en el anillo número cuatro, que volverán a ser útiles en cuatro años. Eso sí, ellos mismos dirán que al fin de cuentas ya están por encima del bien y del mal. Tu sabes, eso de la dignidad.

Anillo número cinco. (Apáticos y Opositores ). Son de lo peorcito, pero como a los mandatarios les da miedo tenerlos lejos, los van ubicando poco a poco en el anillo número uno o dos. Ahí los tienen contentos y tranquilos.

A todas estas, y luego de hacer este ejercicio sea sincero y pregúntese:  ¿usted en qué anillo está?.  De donde esté ahora, dependerá en donde estará en cuatro años que,  dependiendo de su ubicación, se sentirá corto o muy largo.

 

Por Limedes Molina Urrego

Director Tuperfil.net.

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