A mediados del año pasado, un colega bien intencionado me sugirió que me inscribiera a un encuentro nacional de medios alternativos que se desarrollaría en la ciudad de Armenia Quindío en septiembre, y el cual estaba organizado por el Min Tic.

Mi primera respuesta fue no, por una simple razón; no comulgo ni cinco con el gobierno de Gustavo Petro. He sido critico del  mismo, aunque no he dejado de reconocer algunos pocos aciertos. Pero fue tanta la insistencia de mi amigo que decidí hacerle caso y me inscribí a la convocatoria, confiando en la forma como el me vendió la idea:  “El gobierno quiere fortalecer a los medios alternativos como el tuyo y no tiene en cuenta las criticas que se hayan hecho” dijo mi colega amigo.  

Me comí el cuento. Tanta belleza no podía ser cierta. Envié mi solicitud y me dejaron en visto, nunca me llamaron. Me quedé con las ganas de visitar la bella ciudad de Armenia que es lo que más me duele, y obviamente, con las ganas de participar del evento.

Pero bien hecho que me haya pasado. De vez en cuando un desprecio hace falta para recordar que los periodistas no estamos llamados a ser amigos del gobierno, y por ende amigos de los funcionarios, del presidente pa abajo.

Eso de estar recibiendo reconocimiento de ellos, y peor aún, de uno hacerles reconocimientos públicos, con medallas y diplomas como está ahora de moda, no está bien, y la gente, la opinión pública lo sabe. Cada vez que rendimos homenajes a los que están obligados a cumplir su función y son sujetos de nuestro control, perdemos credibilidad y obviamente quedamos como simples chupa medias.

Pero quiero volver al tema del encuentro con los medios alternativos organizado por el Ministerio de las TIC. Y sí, estoy ardió, porque el Evento cuya organización nos costó a los contribuyentes la  suma de 3 mil millones de pesos, buscó como objetivo  principal, anunciar el fortalecimiento de los medios alternativos – cosa que es loable – a través de apoyo económico. ¿Pero qué es alternativo para el gobierno de Gustavo Petro?.

Sencillo: Medios que tengan su propia agenda – ósea agenda dictada por el gobierno – y que celebren todo lo que este gobierno hace. Mejor dicho, que hagan parte del comité de aplausos.

Pa esas vagabundinas, conmigo no cuenten.

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