Si algo bueno nos dejó la pandemia del covid 19, es que nos reinventamos – frasecita que nos aburrió carajo – y en medio de esa reinvención, estuvo el de descubrir – o redescubrir – que las horas nalgas están mandadas a recoger.

¿Qué son las horas nalgas?. Pues el estar en una oficina haciendo nada, cuando tu trabajo es más fácil hacerlo desde tu casa, desde la calle, o desde el lugar en el que verdaderamente te necesita tu empresa.

Durante la pandemia, a regañadientes, a muchos empresarios les tocó mandar para sus casas a la mayoría de los trabajadores para que hicieran sus tareas usando como herramienta un computador y el internet. Descubrieron que sí se podía. ¿ Y eso en qué derivó?

Numero 1. El mundo no se acabó. Por el contrario la productividad en muchas empresas aumentó.

Numero 2. Los viajes hacia los lugares de trabajo, se redujeron sustancialmente, lo que derivó en el ahorro de dinero por parte de los trabajadores en pasajes, meriendas y almuerzos.  

Y número 3. El planeta respiró mejor,porque menos carros en las vías, menos contaminación.

Descubrimos entonces que el tele trabajo es posible, y que trae más beneficios que otra cosa.

Pero terminó la pandemia y por ende debemos volver a la normalidad, nos dieron.

Según un estudio de la firma de consultoría, CORNERTONE, la tendencia es volver en un alto porcentaje a la presencialidad a pesar de que el 68 por ciento de los trabajadores creen que el trabajo hibrido – presencialidad y virtualidad   – es muy importante.

Aún así, el 60 por ciento de las empresas en el país se mantienen en el esquema hibrido y el 31 por ciento han vuelto a la presencialidad en un cien por ciento. Todo el mundo para la oficina, porque nos encanta estar juntos y darnos calor.

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