En 23 años no han tenido la oportunidad de ver sus cuerpos, sus restos. Ni siquiera han podido saber en qué lugar fueron sepultados, si es que fueron sepultados. Imposible así hacer un duelo como Dios manda. Así jamás la herida sanará.
Hoy hace 23 años, desaparecieron Carlos Ibarra Bernal, Danilo Carrera Aguancha, Edilberto Linares Correa, Hugo Quintero Solano, Israel Roca Martínez, Jaime Barros Ovalle y Mario Anillo Trocha, con quien tuve la oportunidad de estudiar la primaria. Los muchachos salieron a adelantar una diligencia judicial en la finca Holanda en el municipio de La Paz. Y alrededor de la desaparición, son muchas las historias que han surgido. Mitos, porque hasta el momento lo único cierto, es que alias El Tigre, por orden de Jorge 40, los desapareció., y de seguro los mató.
A lo largo de estos 23 años, varios de padres de los muchachos ya han partido a la eternidad sin saber en donde están sus hijos. No es justo. ¡Que impotencia por Dios!. Se han reído de estas familias que no han logrado sanar, y mucho menos, han podido otorgar un perdón, porque entre otras cosas, nadie se los ha pedido.
Ayer hablé con un familiar de los muchachos, y me dijo que el dolor, el estrés al que han estado sometidos a lo largo de estos 23 años, hoy padece de varias enfermedades. Y como esta persona, hay varios al interior de estas familias.
Le quedó grande a la justicia, a la misma Fiscalía a la que pertenecían estos siete hombres, poder esclarecer este hecho. No es justo.
