Me declaro petrista. No se extrañen, a mí me seducen los ingeniosos, los talentosos y Petro tiene ambas cualidades. El presidente es el chacho para salirse de un problema. No le importó decirle a la Fiscalía que investigara a su propio hijo, y ahora, no le tiembla la voz para decirle a sus amigos de la revista CAMBIO, que su hijo Nicolás, en efecto es su hijo, pero que no lo crío.
¡Habían visto ustedes semejante ingenio¡. Jamás. Le ganó a su amigo Samper, quien en su momento en medio de las denuncias por los narco casetes, dijo que todo había sido a sus espaldas. Y ganarle al cinismo de Samper, es ya mucho que decir.
Petro le ganó a un exalcalde que casi niega a sus padres para evitar la sanción de la Procuraduría que al final terminó con sacarlo del cargo.
Y los de CAMBIO son también dignos de admirar. No les tembló la mano para ahondar en la investigación que habían comenzado sus colegas de SEMANA acerca del escándalo de Nicolás Petro. Publicaron el informe, posaron de objetivos, y luego fueron llamados a Palacio por parte del Presidente para sentarse a hablar del escándalo del momento.
“ No lo críe”, reconoció Petro. Pero si hubiese dicho que Nico no era su hijo, y que por el contrario era hijo de Uribe, ahí sí, le hago un monumento.
