Valledupar, ener0 28 de 2025.  En el barrio Villa Miriam de Valledupar, la comunidad se encuentra en pie de lucha debido a la posibilidad de una masiva tala de árboles, como parte de un proyecto energético que planea el tendido de una línea de alta tensión. Desde el año pasado, los residentes han observado con creciente preocupación cómo la empresa consultora HS y SAS, originaria de Bogotá, comenzó a marcar árboles en el sector. La razón oficial, según los involucrados, es la caracterización de los árboles, pero los vecinos aseguran que esta es solo una excusa para el desmonte de los árboles en favor del tendido eléctrico.

“Nos dijeron que estaban marcando los árboles para un proyecto de alta tensión, pero no nos mostraron ningún documento oficial ni permisos”, explicó Dolys Pérez, líder social del barrio, quien ha liderado la resistencia a este proyecto. Pérez detalló que, a pesar de las reuniones sociales previas, donde se les aseguró que no se talarían árboles, la situación ha avanzado sin una respuesta clara por parte de las autoridades.

En enero, los habitantes notaron que los árboles continuaron siendo marcados, y la consulta con los encargados del proyecto no proporcionó más claridad. “Nos aseguraron que la tala era inevitable para el paso de la línea de alta tensión, pero seguimos sin ver actas oficiales del gobierno ni de la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar),” señaló Pérez, quien agregó que la comunidad no está dispuesta a permitir la tala sin un consenso real.

A pesar de los intentos por parte de los encargados del proyecto de realizar socializaciones con la comunidad, la desconfianza crece, especialmente debido a la falta de convocatoria a todas las partes involucradas. “Nos dicen que han invitado a todos a las reuniones, pero los vecinos se sienten excluidos y no están de acuerdo con el proceso,” indicó Pérez.

El tema ambiental es una preocupación central, dado que en la zona pasan fuentes hídricas importantes, y los residentes temen que el impacto ecológico sea severo. “Hay un riesgo claro para la biodiversidad local y la calidad de vida de los habitantes. Ya hemos visto problemas de salud derivados de la contaminación,” expresó Pérez, refiriéndose a enfermedades dermatológicas que afectan a varios miembros de la comunidad, asociadas a la posible contaminación de la zona.

Pérez también mostró su descontento con las autoridades locales, señalando que la falta de comunicación y el aparente desinterés del gobierno municipal y departamental sobre el caso están agravando la situación. “No hemos tenido respuesta adecuada de la Alcaldía ni de la Gobernación, y la situación sigue sin resolverse.”

A pesar de los obstáculos, Dolys Pérez ha reafirmado el compromiso de la comunidad para defender el entorno natural de su barrio. “No vamos a permitir que taleren nuestros árboles sin una verdadera consulta y sin las autorizaciones correspondientes. Este es un derecho de la comunidad,” concluyó.

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