Una gran preocupación asiste a la asociación de vendedores estacionarios y ambulantes del centro de Valledupar, Asomevev, quienes ven con inquietud como nuevos vendedores ubicados en la zona céntrica de la ciudad, exponen sus vidas y la de los demás al estacionar negocios en los que deben usar cilindros de gas.
“Hay más de 20 cilindros al sol”, señaló Manuel Ríos, presidente de Asomevev, quien le ha hecho el llamado a las autoridades para evitar una tragedia pero no ha sido atendida la solicitud.
Aunque muchos negocios de comidas callejeras representan la única fuente de ingresos para esas familias y tienen años de funcionar en el sector, también es cierto que tales cocinas callejeras se convierten en una bomba de tiempo, al punto que ya se han registrado accidentes menores, como personas quemadas y conatos de incendio que, por fortuna, no ha pasado a mayores.
Por esta razón expertos en la materia recomienda que el municipio de Valledupar adopte normatividades similares a las adoptadas por ciudades como Barranquilla o Medellín sobre uso del espacio público donde expresamente se prohíbe la preparación y cocción de alimentos en el espacio público, por el doble riesgo que representan: de una parte, el riesgo de explosiones o quemaduras por el uso de cilindros de gas, aceites o líquidos calientes, y de otra parte, el de salud pública, pues no hay control a la manipulación de alimentos.
Nuevos vendedores ambulantes desplazan a los viejos
Otra de las preocupaciones para este gremio, tiene que ver con este grupo de nuevos vendedores ambulantes, quienes aparecen en la zona para esta época de fin de año, ubicándose como mejor les parece y sin respetar el espacio público. “Durante todo el año mantenemos el espacio público recuperado, los andenes y esquinas para que la gente pueda transitar tranquilo, pero en noviembre y diciembre nos invaden personas que llegan de otras partes”, indicó Manuel Ríos lo que hace intransitable sectores como la Calle del Cesar donde se instalan vendedores al lado derecho e izquierdo de la vía.
De acuerdo con Ríos, los nuevos vendedores ambulantes en su mayoría son de nacionalidad venezolana, aunque también hay presencia de colombianos, quienes al notar la ausencia de la autoridad montan hasta 4 puestos. “Nosotros tenemos identificados nuestros vendedores que pasan de 20 años, todos están identificados con un carnet que los identifica como de Asomevev”, explicó Manuel Ríos, quien añadió que para esta época pasan de 585 vendedores a ser más de mil.
Anotó el comerciante, que aunque durante todo el año han estado detrás de la administración municipal para que les ayuden con la unidad de espacio público pero ha sido imposible que el alcalde les preste atención. “Ya no podemos salir como antes nosotros mismos a recuperar el espacio público, con esa invasión hemos tenido problemas y amenazas de los nuevos invasores que han llegado”, acotó.
Finalmente, Manuel Ríos mencionó el actuar de algunos almacenes del sector quienes también ponen negocios afuera del establecimiento. “Hay almacenes que han montado los famosos arreglos de cejas y cobran 300 mil de arriendo en el mes, ellos mismo arriendan los puestos afuera, porque no hay control, los dueños de almacenes ocupan el espacio”, comentó Manuel Ríos.
