Es verdad que cuando uno es niño, considera como viejo hasta a los jóvenes de 20 años. Cuando los 30 nos respiran en la nuca, comenzamos a sentir que se acerca la vejez, y aunque la ciencia asegura que es a partir del tercer piso cuando en verdad comenzamos a envejecer, el ser adulto mayor desde esa etapa de la vida, está a tres décadas más. Así que se es viejo desde los 60.
Pero, ¿qué es ser viejo?. En una sociedad como la nuestra, es ante todo, una bendición llegar a esa edad, porque en este país vivir muchos años, es una verdadera suerte o una verdadera bendición, por más que la expectativa de vida en el mundo se haya aumentado en los últimos años.
Ahora que estamos preocupados porque la taza de natalidad está en picada en Colombia como en el resto del mundo, vale la pena hablar de lo que es ser viejo hoy en comparación con lo que se era en los años 80 para no ir más lejos.
Mire nada más usted las fotos de sus padres cuando tenían ellos unos 30 o 40 años, y podrá observar que verdaderamente se veían mucho mayores, y para que hoy nuestros hijos no nos vean así, influyeron como mínimo tres factores; la alimentación, el deporte y la moda.
Si, la alimentación. Ese cuento de que antes la gente comía mejor que ahora es muy relativo. Con el paso de los años, y aunque nuestra generación de adultos consume más preservativos que antes, hemos aprendido a comer menos pero con mejor calidad.
El deporte: Nuestros padres hacían actividad física por el trabajo rudo, por el uso de la bicicleta para ir a trabajar, por ejemplo. Pero a decir de los expertos, la actividad física de esa forma, no necesariamente cuenta a la hora de hablar de cuidado del cuerpo. Es el deporte intencional el que importa y el que produce cambios en nuestros músculos. Hoy día los gimnasios ya no están solo llenos de esbeltos jóvenes haciendo deportes, sino de adultos y adultos mayores que van con la simple intención de cuidarse la salud.
Y por último la moda. Desde el niño hasta el anciano, antes la moda era una sola, una sola tendencia, los mismos colores, el mismo estilo. La moda evolucionó y ahora, aunque más de uno se quedó rezagado, aprendimos a vestir mejor sin pretender – por lo menos en mi caso – parecer un adolescente.
La próxima vez que le digan viejo responda como yo: Viejo el sol y todavía alumbra.