La mala creencia de los Vallenatos de creer que todo lo que viene de afuera es mejor, aplica en temas de negocios, asesorías, futbolistas, empleados y demás, sino que llega al tema de las encuestadoras, somos privilegiados somos la única ciudad intermedia de Colombia que tiene 4 firmas con aval del Consejo Nacional Electoral de Colombia para desarrollar y publicar encuestas, pero solo le creemos a firmas foráneas. Hay un detalle no menor que muchos no saben, la Corporación MMM (Miguel Maldonado), estuvo haciendo encuestas para una campaña presidencial en Perú en las recientes campaña 2016 o en el caso de Casanare que fue la única campaña ganada por Centro Democrático, donde asesoramos y encuestamos con excelentes resultados y aciertos.
La mala racha de las llamadas grandes firmas de Encuestas, no solamente fue en los resultados del Plebiscito del 2 de octubre, ya desde antes en las elecciones de octubre de 2015 para elegir alcaldes y gobernadores, las mismas firmas se escacharon y no por poco margen, se rajaron literalmente en los resultados proyectados.
Como el caso de Bogotá, que despertó la crítica puntual de Gaviria, la ola de mediciones de las firmas más reconocidas en los días previos a la elección identificó un pulso cerrado entre Enrique Peñalosa y Rafael Pardo. Cifras y Conceptos e Ipsos reflejaron incluso un “empate técnico triple” con la aspirante Clara López en tercer lugar. La realidad de las urnas mostró un escenario diferente: Peñalosa le sacó a Pardo 4,6 puntos porcentuales y casi 15 puntos a la candidata polista. La firma Invamer Gallup acertó los porcentajes de los cuatro principales candidatos: Peñalosa 33%, Pardo 28%, López 18% y Santos 12%. En el caso de Cali ninguna firma pronosticó la brecha de 13 puntos porcentuales que le sacó el ganador Maurice Armitage a su inmediato seguidor, Roberto Ortiz: 38 por ciento frente a 25 por ciento. Tampoco se acercaron al bajo resultado del ex vicepresidente Angelino Garzón, 21 por ciento. Gallup e Ipsos acertaron el orden pero la primera mostraba a Armitage y Ortiz más cercanos. Cifras y Conceptos, por su parte, en la medición de octubre 21, encontró al hoy alcalde electo de Cali, Armitage, en el tercer lugar.
El nuevo alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, experimentó, al igual que Armitage, un fenómeno de crecimiento que las firmas encuestadoras no pudieron capturar en sus últimas mediciones. Gutiérrez derrotaría al candidato uribista Juan Carlos Vélez por 1,3 puntos porcentuales. Si bien Invamer Gallup identificó la subida de Gutiérrez, no le alcanzaba. Cifras y Conceptos, en la medición del 21 de octubre, le daba a Vélez una victoria contundente del 53%. Ipsos, por su parte, también registraba una victoria cómoda del aspirante del Centro Democrático.
ANALISIS METODOLOGICO
Cuando los resultados de las encuestas no coinciden con los resultados finales, hay ver que Esto sucede no solamente por razones metodológicas, o por la misma dinámica con que rematan las campañas electorales, el asunto es que mientras la gente siga viendo las encuestas como resultados finales inobjetables y no como lo que son, fotografías de un momento o herramienta de ayuda, mas no como garantía de victoria según la inversión y el nombre de la firma encuestadora. Los encuestadores no tenemos una “Bola de Cristal” ni una “Lámpara de Aladino” como quieren hacerla ver muchas campañas o muchos periodistas que se les abre la boca cuando dicen, Napoleón fulano, Centro Nacional de comiquería, Cifras y Malos Conceptos o Invamer Gallo. Nosotros no adivinamos el futuro, si de algo estoy seguro es que en los sondeos no se logran advertir una serie de factores que resultan en predicciones erróneas, como las tendencias previas a la encuesta, la cobertura geográfica y la abstención.
Hoy en día surge un tema muy importante: Todo está indicando que hay un voto oculto que por distintas razones no se pronuncia en las encuestas y que, por lo tanto, las encuestas tienen que reestudiar sus metodologías para poder extraer ese voto oculto
En favor de las firmas también valga decir: que son varios los factores que inciden en que una encuesta «prediga» erróneamente un resultado. Uno de ellos, es el margen de error. La mínima ventaja con la que ganó el «No» al acuerdo de paz con las FARC -un 50,21% contra los 49,78% de los votantes por el «Sí»- no podría haber sido detectado por las encuestas, según el experto. Esto, porque seguramente está dentro del margen de error del sondeo.
También hay un segundo factor que es de las tendencias. Hay que considerar mucho el ambiente, lo que se llama por algunos expertos el clima de opinión. Si el clima de opinión es favorable a una cierta tendencia, la gente que está a favor de esa tendencia está más dispuesta a hablar y la gente que está en contra de esa tendencia está menos dispuesta a hablar, por lo tanto se produce un sesgo en la selección del encuestado.
Nos atrevemos a decir, Que quizás existió una euforia excesiva ante el hecho de que se haya firmado antes del referéndum. El ‘excitismo’ enorme hizo que los votantes del ‘Sí’ manifestaran mucho su postura y los del ‘No’ mantuvieran un muy bajo perfil y eso se reflejó en las encuestas, que no fueron capaces de advertir esta situación.
Ahora hablemos del tema de la abstención, el caso la abstención de voto de los colombianos, que alcanzó un 62%, influyó tanto en los resultados finales del referéndum como en las encuestas previas. La abstención en Colombia siempre es muy alta, no solamente por no tener ganas de votar sino que también por las dificultades territoriales que tiene el país, señaló. Esto, se suma con la baja cobertura geográfica que tienen los sondeos. Colombia no es diferente de Chile o de Perú o cualquier país de Suramérica, la mayoría de las encuestas dejan fuera las zonas rurales o localidades pequeñas. Destaca que esta situación se da en Colombia especialmente en las zonas más diezmadas por la guerrilla, quienes, según los resultados del plebiscito, tendían mayoritariamente al «Sí». En tanto, el académico sostiene que otro error en el que caen tanto las empresas que realizan los sondeos como los medios que los publican, es en la de quedarse solamente con la pregunta de intención de voto. «Si tú le preguntas a la gente cómo va a votar este domingo te puede decir cualquier cosa, pero hay que ver la disposición de la gente a ir a votar. Hay que trabajar con el Consejo Nacional Electoral en mejorar una serie de protocolos para la entrega de encuestas preelectorales.
Por Miguel Maldonado Martínez