El himno de Valledupar fue interpretado en la fría Bogotá en medio de un acto llevado a cabo en un colegio. Los que lo interpretaron no son vallenatos de visita en la capital del país, sino estudiantes del plantel, que ni conocen a la ciudad de Francisco el Hombre y mucho menos sus costumbres.
Lo que si saben es que de estas tierras lejanas a las suyas, es oriundo el hombre que fundó el colegio donde hoy se forman.
Ellos se aprendieron el himno de la ciudad donde nació Aníbal Martínez Zuleta. Con sentimiento patrio lo entonaron luciendo en sus cabezas el sombrero vueltiao que representa la vallenatía.
Son estudiantes del Colegio de la Contraloría General de la República, con sede en Bogotá, quienes conmemoraron los 38 años de creación de esa institución, ofreciendo un homenaje a la memoria de su fundador, Aníbal Martínez Zuleta.
El Colegio de la Contraloría fue creado en 1977 mediante Decreto 929 por iniciativa del ex Contralor de origen vallenato; entró en funcionamiento el 21 de febrero de ese mismo año ofreciendo los niveles de preescolar y primaria. La demanda de nuevos cupos aumentó entre 1978 y 1979, por lo cual se abrió la jornada de la tarde y se inició el primer grado del nivel de bachillerato; la primera promoción de bachilleres fue proclamada en 1984.
El propósito de Aníbal Martínez al crear este centro educativo, fue el de educar a los hijos de los empleados de la Contraloría General, lo cual ratificó la importancia que el dirigente vallenato le dio siempre a la educación como factor generador de desarrollo humano y social, la misma motivación que después lo llevó a construir en Valledupar las concentraciones escolares Jaime Molina Maestre en el barrio Villa del Rosario, Alfonso Cotes Queruz en el barrio La Esperanza y 42 pequeñas escuelas en comunidades de la Sierra Nevada.
En homenaje a su fundador, los estudiantes elaboraron carteles de agradecimiento, se ataviaron con sombreros costeños, decoraron el escenario con bombas verdes y blancas, que son los colores de la bandera del Cesar, y cantaron el himno de Valledupar, que se aprendieron expresamente para esta ocasión, con apoyo de estudiantes de origen vallenato cuyos padres laboran en la Contraloría General de la Nación.
Al acto asistieron sus hijas María Cleofe y Piedad Martínez Martínez y sus nietas Silvia Palacios y Rut Leonor Marulanda. La encargada de agradecer el homenaje en nombre de su familia fue la abogada Piedad Martínez, quien expresó “este colegio se fundó con el amor y la esperanza más grande del mundo”. Luego declaró conmovida que, entre los muchos homenajes ofrecidos en el país desde el fallecimiento de su padre, este fue uno de los más emotivos para su familia, por el grado de amor y ternura reflejado en cada detalle y por el amplio conocimiento demostrado por los estudiantes sobre la vida y obra de Aníbal Martínez Zuleta.