El Gobierno de Estados Unidos ha expresado su respaldo a la iniciativa diplomática liderada por México, Brasil y Colombia, que busca facilitar una transición política en Venezuela tras las controvertidas elecciones del pasado 28 de junio. El encargado del Departamento de Estado para Latinoamérica, Mark Wells, destacó el apoyo de Washington a este diálogo regional, subrayando la coordinación “muy cercana” entre estos tres países y Estados Unidos en un esfuerzo conjunto por superar la crisis política que enfrenta Venezuela.
Durante una llamada con periodistas, Wells afirmó que la oposición venezolana habría tenido grandes dificultades para falsificar el recuento de votos presentado tras las elecciones del 28 de julio, en las que, según la autoridad electoral del país, resultó vencedor el presidente Nicolás Maduro.
“Hemos examinado estas pruebas y hemos determinado que sería casi imposible falsificar los cómputos que se recopilaron y además rápidamente”, aseguró Wells, refiriéndose a las impugnaciones de la oposición sobre los resultados oficiales.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en su rueda de prensa diaria, se refirió a la coordinación regional e internacional en curso para promover una salida pacífica al conflicto venezolano. Jean-Pierre destacó propuestas recientes, como la del presidente de Panamá, quien sugirió la convocatoria de una cumbre con la participación de 17 jefes de Estado latinoamericanos.
Aunque no proporcionó detalles específicos, la portavoz reiteró la importancia de la “estrecha coordinación con socios regionales e internacionales” después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela declarara rápidamente la victoria de Nicolás Maduro, sin ofrecer pruebas concluyentes de su triunfo.
Esta postura de Estados Unidos refleja su interés en apoyar una solución diplomática que conduzca a una transición política en Venezuela, en un contexto de creciente presión internacional y regional para abordar la crisis que persiste en el país sudamericano.
