Si no se adelantan acciones para reparar de alguna manera los impactos ambientales, el agua comenzará a escasear en los próximos diez años en el corredor minero del departamento del Cesar.

Así se desprende de un estudio adelantado por parte de la Secretaría de Minas del departamento.

El secretario de Minas del Departamento,  Pedro Díaz Campo, señaló que este estudio se constituye en una herramienta fundamental para que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales,  ANLA; el Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Minas, las autoridades locales y  el gobierno departamental para desarrollar un ejercicio de planificación que mitigue los efectos del recurso  hídrico subterráneo y superficial, en las zonas donde actualmente de desarrolla la minería en el Cesar.

“Uno de los aspectos más importantes que revela este estudio,  es que por cada tonelada del mineral extraído,  se consumen 1.18 metros cúbicos de agua,  y en los próximos 20 años, se registrarán alrededor de 83 millones de metros cúbicos de agua para esta actividad, por lo cual es urgente establecer un sistema de compensación por el uso de este recurso, tal como se hace con el uso del suelo, teniendo en cuenta que el uso del agua no ha sido tasada  por los sistemas de compensación establecidos por la ANLA”, dijo.

De  acuerdo a un estudio realizado por el IDEAM  en  el 2004, el agua subterránea se podía encontrar a  3.5 metros de profundidad del suelo,  y de acuerdo al estudio realizado por la empresa consultora para la Gobernación del Cesar, el año pasado solo se pudo encontrar agua a 5.6 metros de profundidad de la tierra, lo cual quiere decir  que ha descendido 2 metros en los últimos 10 años.

En este sentido, señaló que es necesario iniciar un proceso de alistamiento ante el abatimiento del agua, para que las empresas explotadoras de carbón hagan grandes reservorios  para su propio aprovechamiento y para que estos espejos de agua ayuden a la cadena alimentaria del departamento del Cesar en el marco de la responsabilidad social empresarial para hacer acompañamiento a los sectores más vulnerables de esta zona.

Así mismo, el estudio recomienda a los gobiernos locales desarrollar políticas orientadas a la preservación de los aljibes que están presentes en estas municipalidades, ya que se podrían convertir en una reserva de agua fundamental para el futuro suministro de agua de los municipios de La Jagua, Chiriguaná, Becerril, El Paso y Codazzi.

En cuanto a la calidad del agua,  el estudio encontró presencia de metales  pesados como el Bario y el Estroncio que deben ser cuidadosamente monitoreados tanto en aguas superficiales como subterráneas de estas zonas. Así mismo evidencia la urgencia de realizar una caracterización del agua de compuestos orgánicos en las corrientes subterráneas y superficiales impactadas por la minería del carbón.

 

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