Después del accidente que por poco le cuesta la vida, Meredit Martínez Avendaño, una madre comunitaria de 47 años de edad, pensó que ya lo había visto todo. Pero no, aún faltaba ver la negligencia mezclada con ridiculez, que cometieron con ella en la clínica en la cual fue atendida.
El accidente ocurrió el pasado miércoles 3 de Junio en el barrio Francisco de Paula Santander, al occidente de Valledupar, cuando la motocicleta conducida por su hijo menor, y en la que ella iba de parrillera, fue impactada por otra motocicleta cuyo conductor, un joven de 18 años, sin pase y sin SOAT, se ganaba la vida como mototaxista.
Según testigos de los hechos, tanto Martínez como su hijo, volaron varios metros y cayeron de manera estrepitosa al pavimento, lo que hizo pensar que “de esa no se salvaban”.
Luego de más de diez minutos de espera, al lugar del accidente llegaron dos ambulancias, cuyos conductores a pesar de que los familiares de los accidentados pidieron que los condujeran a la clínica Erasmos, los llevó a la clínica Médicos S.A.
Allí ingresaron a las 2 de la tarde, fueron atendidos de urgencia, pero solo a las 6 de la tarde, fueron sometidos a exámenes para determinar qué clase de traumas presentaban en sus cabezas, las cuales sangraban todo el tiempo. .
Luego de la insistencia de sus familiares, un médico general vio los resultados de los exámenes, dando de alta al conductor que ocasionó el accidente y al hijo de la madre comunitaria pero decidieron dejarla a ella en observación porque consideró que era necesario que la viera el especialista.
Solo hasta las 7 y 30 de la mañana del jueves, el médico neurólogo vio los exámenes, determinando que no había nada de qué preocuparse por lo que ordenó su salida del centro asistencial.
Cabe anotar que el especialista ni tocó a la paciente, solo miró los exámenes y a pesar de que fue abordada por los familiares para pedirle explicación de por qué ella seguía diciendo incoherencias, sin detenerse el galeno les dijo que eso era normal.
Diagnóstico equivocado
Pero faltaba lo más curioso. Pocos minutos después de llegar a su casa ubicada en el barrio La Victoria, los familiares de Meredith Martínez observaron que la incapacidad que le fue entregada por solo dos días, decía que era por cuadro febril de dengue clásico.
“Fui a la clínica a que corrigieran el error, pero me dijeron que solo hasta el próximo martes se podía hacer porque ese día llegaba el médico que dio la incapacidad” dijo Candy Martínez, hermana de la mujer accidentada.
Ahora la preocupación para Martínez es peor que cuando se accidentó, pues a pesar de que medio inconsciente pedía que llamaran al Sena a decir de su accidente, pues no quiere atrasarse en la capacitación que allí adelanta, no tiene como demostrarle ni a la institución ni al ICBF que no podrá asistir a las clases ni mucho menos a su trabajo, pues para la clínica Médicos SA lo que a ella casi la mata, fue un mosquito y no el impacto de una motocicleta.