Valledupar, abril 23 de 2025. El Centro Cultural de la Música Vallenata, uno de los proyectos más ambiciosos del departamento del Cesar, continúa siendo un tema de controversia. A pesar de los esfuerzos por parte de la gobernación para que la obra estuviera lista para la celebración del Festival de la Leyenda Vallenata, los plazos establecidos no se han cumplido. En una reciente visita técnica realizada por la Asamblea Departamental, los diputados pudieron constatar el estado actual del proyecto y expresaron sus opiniones sobre los retrasos y las prórrogas solicitadas por el contratista.
Manuel Gutiérrez, primer vicepresidente de la Asamblea, mostró una postura positiva respecto a la magnitud de la obra, pero reconoció que el retraso sigue siendo un tema delicado. En su intervención, Gutiérrez destacó la complejidad del centro y su potencial para poner al Cesar en el mapa turístico y cultural mundial. “Lo que hemos visto es impresionante. Es una obra que está a la altura de grandes construcciones internacionales, con un auditorio para más de 1200 personas, un museo de la fama vallenata y tecnologías de última generación. Pero, por supuesto, el tiempo para completar la obra se ha extendido, y esto ha generado preocupación”, afirmó el diputado.
Aunque el contratista solicitó una nueva prórroga de seis meses, Gutiérrez defendió esta extensión al señalar que es necesaria para culminar adecuadamente la obra. “Aunque no nos gustan las prórrogas, debemos ser realistas. Este centro no solo tiene una estructura física compleja, sino que también cuenta con un gran componente tecnológico que llevará tiempo instalar. Es una obra de tal magnitud que no se puede apresurar”, agregó.
En contraste, la diputada Claudia Margarita Zuleta expresó una crítica más contundente sobre la situación. A pesar de su presencia en la visita al centro, Zuleta subrayó los fallos en la planeación y ejecución de la obra, que, según ella, han generado los retrasos y los sobrecostos que hoy afectan el proyecto. “Lo que estamos viendo es una consecuencia directa de la mala planeación. La obra no se hizo como estaba proyectada, y hoy estamos pagando las consecuencias. No es que hayan surgido imprevistos, es que se tomaron decisiones equivocadas desde el inicio”, sostuvo Zuleta.
La diputada también resaltó que, a pesar de las grandes inversiones realizadas en el centro, la obra sigue lejos de estar terminada. “Ya se han invertido más de 200 millones de pesos, pero aún vemos problemas en la estructura, no se han terminado los acabados y faltan muchas instalaciones, como las eléctricas. A pesar de que nos dicen que la obra está al 80% de ejecución, lo que vimos ayer me hace dudar de esa cifra”, afirmó.
Zuleta también cuestionó el uso de los recursos públicos, señalando que el dinero invertido en consultorías y estudios no se reflejó en una correcta ejecución del proyecto. “Después de tantos millones invertidos en estudios y diseños, me pregunto cómo se llegaron a estos problemas de ejecución. Hay irregularidades en todo el proceso, y eso es lo que queremos saber en el debate de control político que planeo realizar”, declaró.
A pesar de las críticas, ambos diputados coincidieron en que el Centro Cultural de la Música Vallenata es un proyecto fundamental para la cultura vallenata y para el departamento del Cesar, pero insisten en que debe ser entregado con calidad y transparencia en el manejo de los recursos. Zuleta, por su parte, aseguró que su objetivo es garantizar que el dinero público se haya invertido de forma correcta y que el centro cumpla con la función para la que fue concebido.
La discusión ahora se centra en cómo se gestionaron los más de 200 millones de pesos invertidos en el proyecto y si el contratista y la administración departamental han cumplido con sus responsabilidades. La diputada Zuleta ya anunció que llevará este asunto a la Asamblea Departamental, donde se realizará un debate de control político sobre las irregularidades que ella asegura que se han presentado en el proceso de construcción.
Mientras tanto, los cesarenses siguen esperando que finalmente se entregue una obra que, aunque en el papel representa un avance cultural para la región, aún enfrenta serias dudas sobre su correcta ejecución y la justificación de los recursos invertidos.