Si hay algo que sedujo a la opinión pública de las intenciones de Augusto Ramírez Tuto Uhía para llegar a la Alcaldía de Valledupar, fue su carácter independiente. Más allá de que es un hombre de Dios – Fredys también lo era – de que es joven, de que fue buen concejal y de que ya hizo una campaña a la Alcaldía, lo que a la gente que decidió darle la firma para avalar sus aspiraciones, en verdad lo atrajo, es la distancia que tenía con los poderosos. Eso lo hacía confiable para quienes estamos inconformes con la mayor parte de la clase dirigente que existe en la actualidad en el departamento.
Porque hay que dejar claro que la inconformidad no es solo con el alcalde Fredys Socarrás. La gente en Valledupar no solo está decepcionada del burgomaestre, sino de algunos de esos que han llegado a rodear a Tuto en los últimos días, porque de ellos se sabe que tienen atrapada la administración, o la han tenido con la lluvia de contratos que han logrado en los últimos gobiernos, no para ayudar a quienes los llevaron a ocupar curules en el Congreso, sino para saciar el hambre de sus más cercanos, incluso de sus yupis.
Pero llegó la foto. Un co aval de Cambio Radical, otro del partido Conservador, inundó las redes sociales provocando el efecto contrario a lo que esperaba la campaña del joven aspirante. ¡Tuto es el candidato de Fredys!. Eso se dijo, eso se dice en los corrillos, y eso, aunque estoy seguro que no es verdad, es lo que tiene a la campaña de Tuto, trabajando por vender la idea de que; ¡va por firmas!.
Quienes conocemos a Uhía sabemos que es un hombre confiable, pero también nos da la impresión de que se pasa de inocente, y no conoce mucho a quienes ya se le han acercado. Esos buitres llenos de dinero, hambrientos de poder más del que tienen, la verdad verdad, le están alejando gente, porque de hecho, alejan a quienes se sienten pioneros de la candidatura de Tuto.
Pero si por los lados de Tuto así están las cosas, por los lados de Jaime Gonzáles están peor. El apoyo irrestricto de quien es considerado el dueño absoluto de la contratación en la Alcaldía de Valledupar en la actualiad, como lo es Alfonso Mattos Barrero, contrario a sumarle, estoy seguro le restará. Y las razones abundan; comencemos por decir que es un político de malas y de remalas para las campañas. Su dinero no lo ha podido llevar a conquistar una credencial. Pero en aras de la verdad, eso es lo de menos. Como titiritero, Mattos parece hacerlo bien, o si no pregúntele a Fredys Socarrás.
Tuto y Jaime, dos jóvenes políticos a quienes conocí muy desde sus inicios, los considero en lo particular dos muchachos con mucho futuro, inteligentes y preparados. Ambos abogados de universidad pública, ambos de origen muy sencillo, ambos muy espirituales, ambos hasta ben parecidos, pero ambos al parecer inocentes que se dejan mal rodear. Hoy tienen a sus lados a expertos titiriteros, espero, ruego a Dios que caigan en la cuenta y no se dejen convertir en sus títeres.
Por Limedes Molina Urrego
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