Valledupar, junio 6 de 2025.  A sus 76 años, Emilio Oviedo, conocido en el mundo vallenato como El Comandante, recibió uno de los reconocimientos más significativos de su carrera: la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata lo nombrará Rey Vitalicio, una dignidad honorífica que será entregada este sábado en la plaza Alfonso López, en el marco de la premiación de los ganadores del Festival Vallenato número 58.

El legendario acordeonero recordó sus inicios, cuando siendo joven llegó a Valledupar con un sueño bajo el brazo y un acordeón al hombro. “Yo cantaba, pero tenía complejo con mi voz. Decía que no pegaba. Hoy esas mismas cumbias que grabé suenan por el mundo”, relató.

Oviedo fue pionero en una revolución dentro del género: separar el canto del acordeón. “Veía que en el vallenato el mismo acordeonero cantaba. Yo decía: ¿por qué no puede haber un cantante aparte? Ahí fue cuando llegó Jorge Oñate”, narró. Aquella primera vez, recuerda, Oñate iba a grabar una sola canción, pero tras escucharlo, Emilio le dejó ocho y se reservó solo cuatro.

Después llegaron Rafael Orozco, con quien creó el grupo que marcaría una nueva era del vallenato, y más tarde Beto Zabaleta, Farid Ortiz, Eduardo Morelo, Paco Pertuz, Chiqui Escobar, Freddy Peralta, entre muchos otros. “Yo no sólo saqué cantantes, sino que a los que no saqué, los puse a grabar con alguien”, dijo entre risas.

Oviedo repasó con emoción sus mejores momentos: “Con Rafael Orozco ganamos Palma de Oro, con Beto ganamos disco de oro, y con Farid Ortiz hicimos ocho trabajos, todos pegados”. También recordó con orgullo el éxito internacional de El payaso de tu risa junto a Eduardo Morelo, que les valió una Orquídea de Oro Internacional en Caracas.

Pero no todo ha sido color de rosa. Oviedo confesó que siempre quiso ganar el Festival Vallenato en competencia. “Eso lo tuve en las manos. Cuando ganó el Chiqui Martínez, el favorito era yo. Incluso en otra oportunidad me declararon rey en tarima, pero después revocaron la decisión”, lamentó. Sin embargo, asegura que nunca protestó. “Lo único que dije fue: no me presento más. Pero siempre apoyé al Festival porque es la cortina de nuestro folclore”, enfatizó.

Sobre el vallenato actual, expresó sus preocupaciones: “A mí me preocupa ese brinca brinca. Se ha perdido la esencia. El vallenato tiene su alma. Yo lo comercialicé un poquito, sí, para las casetas, con canciones alegres, pero sin perder su raíz”.

Hoy, aunque alejado de los escenarios, Emilio Oviedo sigue produciendo música. Ha grabado recientemente con Claumar Morelo, sobrina de Eduardo Morelo; con Min Martínez, ex Chiches Vallenatos; con Jorge Pabón, y con un joven artista radicado en Estados Unidos. “Yo hago mis trabajos, la gente se va contenta. Más que dinero, eso le alienta el alma a uno”, dijo con humildad.

Frente al reconocimiento como Rey Vitalicio, afirmó que lo recibe como un acto de justicia. “Es un honor muy grande. No pude obtener la corona en competencia, pero ahora llega por mérito. Eso también es grande. Este homenaje me reconcilia con la historia del Festival”, concluyó emocionado.

Este sábado, Emilio Oviedo se reencontrará con su pueblo, en la plaza Alfonso López, como lo que siempre fue: un referente fundamental del vallenato clásico, un maestro de acordeoneros y una figura inolvidable del folclor colombiano.

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