Siete aerolíneas suspenden vuelos a Venezuela en medio de alerta de EE. UU. y creciente tensión militar en el Caribe

Bogotá, noviembre 24 de 2025  — La preocupación internacional por la situación en el Caribe aumentó este domingo luego de que siete aerolíneas anunciaran la suspensión de sus vuelos hacia Venezuela, tras la alerta emitida por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que recomendó “extremar la precaución” al sobrevolar territorio venezolano y el sur del mar Caribe, en un momento marcado por el despliegue militar ordenado por el presidente Donald Trump en la región.

La aerolínea Latam, la más grande de América Latina, confirmó que canceló sus vuelos entre Bogotá y Caracas programados para el 23 y 24 de noviembre. La compañía afirmó que la seguridad de pasajeros y tripulaciones es su prioridad y continuará evaluando el panorama para tomar nuevas decisiones.

A esta suspensión se sumó Turkish Airlines, una de las más importantes del mundo, que eliminó varios de sus vuelos a Caracas entre el 24 y el 28 de noviembre, decisión confirmada tanto por la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (ALAV) como por representantes de atención al cliente.

Un día antes, aerolíneas como Iberia, TAP, Gol y Avianca ya habían anunciado cancelaciones preventivas. Caribbean Airlines, por su parte, había interrumpido sus operaciones hacia Venezuela meses atrás.

Sin embargo, mientras aumenta el número de compañías internacionales que se repliegan, varias aerolíneas venezolanas enfatizaron que continúan operando con normalidad. Rutaca, Laser, Estelar y Venezolana de Aviación informaron este domingo que mantienen sus rutas activas y compartieron canales oficiales de atención para sus viajeros. Avior también ratificó la continuidad de sus vuelos, al igual que la colombiana Wingo.

La ola de cancelaciones se produce en el contexto del operativo militar desplegado por Estados Unidos en agosto, dirigido —según Washington— a combatir el narcotráfico en el Caribe. No obstante, el gobierno de Nicolás Maduro insiste en que se trata de una señal de “amenaza” e incluso de un posible intento de “invasión” o de promover un “cambio de régimen”.

La tensión aumenta, mientras la conectividad aérea con Venezuela vuelve a resentirse por factores políticos y militares que no parecen disminuir en el corto plazo.

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