Curumaní, julio 29 de 2025 – Este 29 de julio, se cumple un mes del trágico accidente de tránsito que cobró la vida de Antonio Vergara Martínez, un adulto mayor de 84 años, en el municipio de Curumaní, Cesar. La familia denuncia impunidad y pide respuestas a las autoridades.
El pasado 29 de junio, Antonio Vergara caminaba hacia una tienda del barrio San Isidro para vender los tradicionales bollos limpios que preparaba y comercializaba desde hace años. Según testigos, fue arrollado por un automóvil blanco, presuntamente un Kia Picanto, cuyo conductor se dio a la fuga tras el impacto.
Desde entonces, la familia de la víctima ha exigido justicia sin obtener respuestas claras. John Jaime Martínez, hijo del fallecido, denunció en entrevista con este medio que las autoridades locales no han avanzado en el esclarecimiento de los hechos, pese a que ya existe una denuncia formal radicada ante el Juzgado Promiscuo de Curumaní.
“Aquí estamos viendo la impunidad que hay en el caso de la muerte de mi papá. Los entes responsables de nuestra seguridad no han hecho aún nada, y eso nos tiene muy dolidos porque confiamos en la justicia colombiana”, afirmó John Jaime Martínez.
La familia asegura que el vehículo involucrado fue identificado, así como su propietario, quien alega que el carro había sido prestado a una tercera persona, de quien se desconoce el paradero. El testimonio de los familiares apunta además a que el conductor podría haber estado bajo los efectos del alcohol al momento del accidente.
“Tenía que estar borracho alguien que atropella a un ser humano y huye como cualquier delincuente. No mató a un perro ni a un gato, mató a un hombre de 84 años que todavía trabajaba por su cuenta”, señaló con indignación su hijo.
Además de la denuncia en sede judicial, la familia reclama la inacción del gobierno local. Según Martínez, ni el alcalde, ni el coordinador de Tránsito y Transporte, ni la Personería de Curumaní se han pronunciado públicamente para brindar un parte de tranquilidad a los allegados de la víctima.
Antonio Vergara, quien en su juventud fue defensor de derechos humanos y desplazado por la violencia, dejó seis hijos, cerca de 20 nietos y no alcanzó a conocer a su bisnieto. “Mi padre no merecía morir de esta manera. No queremos una guerra, solo que la justicia haga lo suyo”, expresó su hijo.
La familia exige que el caso no quede en la impunidad por tratarse de un ciudadano humilde, trabajador y comprometido con su comunidad.
“El carro está a nombre del dueño, él es quien debe responder. No se puede permitir que esto se quede en la paquidermia del Estado”, concluyó John Jaime Martínez.