Hace un año que el cuerpo del Cacique de la Junta Diomedes Díaz yace sobre su tumba en Jardines del Eccehomo, donde acompañado por el frondoso palo de mango, el silencio que se siente al entrar al cementerio y el trinar de las aves que dan la bienvenida a los dolientes, son su única compañía mientras que en el mundo de los vivientes pasa lo que el mismo Diomedes expresaba en una de sus famosas canciones “Se acaba la vida de este cuerpo humano y lo que he guardado no se pa´ quien es, en el cementerio estoy vuelto gusano y allá están peleando lo que yo deje”.

Al parecer Diomedes Díaz en vida dijo muchas veces que él produciría más plata muerto que vivo y sus premonitorias palabras han sido cumplidas al pie de la letra; pero también es real que después de su fallecimiento ni en su propia tumba ha podido descansar en paz; ya que hasta el pequeño terreno que ocupa el lugar donde reposan los restos del Cacique, han llegado a perturbar la paz del difunto dos veces; la primera fue en el mes de septiembre del año pasado cuando un hombre de aproximadamente 41 años llamado Carlos Arturo Fabra un demente; fuera sorprendido dañando las tumbas del cementerio Jardines del Eccehomo, entre ellas la de Diomedes Díaz.

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La segunda vez fue el pasado 10 de febrero del presente año, cuando libremente y sin ninguna seguridad en el lugar, partieron una silla del cementerio obsequiada por la familia Zequeda Daza que estaba ubicada al lado de la tumba del Cacique para el reposo de familiares y visitantes que día a día llegan a ver la tumba del artista; este hecho y el anterior dejan escapar una pregunta necesaria?, ¿Quién responde por estos desmanes?, ¿la administración del cementerio Jardines del Eccehomo no tiene vigilantes?.

Según las versiones de la administración del cementerio el causante del daño a la tumba de Diomedes esta vez fue Joaco Guillen que estuvo ahí en el momento de arrancar y partir la silla que servía como descanso para todo aquel que llegaba a visitar al cantante.

Lo cierto es que con la partida de Diomedes Díaz se han generado polémicas, peleas, guerras, y hasta amenazas de muerte, poniendo en evidencia otra gran realidad cantada por el mismo artista “Todo el mundo pelea si dejo una herencia, si guardo un tesoro o lo gozo yo; se apodera el diablo de aquella riqueza entonces

no voy a la gloria de Dios”; y al parecer todo esto se genera por la guerra de la herencia que dejo Diomedes, donde dos bandos encontrados se pelean las riquezas que en vida el cantante dejó.

¿Qué culpa tiene la silla? diría jocosamente el Cacique de la junta.

Y desafortunadamente los más afectados en esta pelea de plata y bienes son los hijos menores del artista nacidos de la relación marital con su última compañera Luz Consuelo, a la que corresponde el 56% de los bienes y hasta el momento le han sido violados los derechos según versiones de los afectados.

La dueña del desaparecido Diomedes Díaz según documentos que la hacen propietaria del difunto dice que el cementerio no puede permitir que personas diferentes a Consuelo decidan sobre los movimientos que se hacen en torno a la tumba y al cuerpo del Cacique.

Tuperfil.net conoció que Consuelo citara a una conciliación de responsabilidad a la administración del cementerio Jardines del Eccehomo por estas anomalías.

Por Karherine Sarmiento

Redacción Tuperfil.Net

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