El dolor de cabeza de los pimpineros no es solo del alcalde ni de los habitantes de La paz. Es un problema que trasnocha a todo mundo, principalmente a quienes siempre pasan por esa localidad ubicada a unos quince minutos de Valledupar.
Y el problema no es solo porque la actividad afea al municipio, sino porque no hay semana en el que no se registre un incendio producto de la manipulación del combustible. No ha ocurrido una tragedia de grandes proporciones porque Dios es grande.
A raíz de esto el Sena de la mano con la Alcaldía iniciaron un proceso de reconversión que permita a pimpineros abandonar esa actividad para dedicarse a otra. Al fin de cuentas la razón es que faltan oportunidades de trabajo y que por esa causa se dedican a vender combustible de contrabando enriqueciendo de paso a los grandes capos del negocio.
En las últimas horas la Alcaldía y el Sena dieron a conocer la graduación de cien personas del programa de Reconversión Socio Laboral con el propósito de coadyuvar a que los pimpineros que venían ejerciendo esta clase de trabajo ilegal hagan parte desde hoy a la vida formal para que no genere externalidades negativas con este oficio.
Los cien primeros pimpineros del municipio de La Paz, que se hacen parte del proyecto de reconversión Socio laboral que lidera la administración municipal comienzan una nueva etapa de su vida al someterse voluntariamente al proceso educativo a través del Sena, en los programas de producción lácteo, mecánica, producción agrícola y producción avícola para mejorar sus condiciones de vida.
El alcalde municipal, Wilson Rincón Álvarez, manifestó que “la administración local no solamente los capacitamos sino que los ayudamos a crear su propia empresa, además a los que hacen parte del proyecto les damos su capital semilla y créditos a través de un fondo rotatorio local con recursos cerca de los 4 mil 500 millones de pesos para esta primera etapa que conforman el grupo 475 personas de los mil 111 pimpineros que están caracterizados en el estudio que realizó la universidad popular del cesar.
Julio Ramírez, al hablar en nombre del grupo de pimpineros dijo que: “Los que nos sometimos a este proceso educativo para cambiar nuestras condiciones de vida, estamos muy agradecidos con el alcalde Wilson Rincón Álvarez, por pensar en nosotros y buscar a través del gobierno nacional y las distintas entidades que participan de este proceso la forma cómo podemos tener una vida más tranquila y ofrecerle a nuestras familias una vida digna sin poner en riesgo uno de los derechos constitucionales como es la vida”.
En el acto de graduación conto además con la presencia de líderes comunales, secretarios de despacho; Olga Lucía Ruiz delegada del Ministerio de Minas; el director Regional del SENA, Orlando Saavedra; Edgar Aguilar, coordinador del Programa de Reconversión; María Lourdes Urbina, gerente del proyecto, concejales, entre otras personalidades