Valledupar, octubre 14 de 2025 – Un grave episodio de violencia empañó la participación del Club Deportivo Toto Rubio, de Barranquilla, en el campeonato Valledupar Cup, que se desarrolló entre el 4 y el 12 de octubre en la capital del Cesar. Según denunció Diana Margarita Rubio García, representante legal del club, hija del exfutbolista profesional Toto Rubio, el equipo de la categoría 2017 —conformado por niños entre 7 y 8 años— fue víctima de agresiones físicas y verbales durante un partido disputado el pasado 10 de octubre en la cancha del barrio Don Alberto.
Rubio explicó que el conflicto comenzó cuando la organización del torneo modificó las llaves de eliminación directa sin justificación, enfrentándolos con un rival distinto al que les correspondía por reglamento. “Nos cambiaron las llaves de forma amañada y no nos dieron ninguna explicación; además, nos bloquearon las llamadas”, aseguró. Según su relato, desde la llegada al escenario deportivo se presentaron provocaciones por parte de seguidores del equipo Juventud Costeña, quienes lanzaban insultos y amenazas contra los jugadores y padres del club barranquillero.
La representante relató que el ambiente se tornó violento cuando uno de los asistentes técnicos del equipo rival realizó gestos obscenos hacia los padres del Toto Rubio, lo que desató una riña en la que, presuntamente, un padre fue agredido con una piedra y se escucharon amenazas con armas blancas. Ante la situación, el club decidió retirar a sus jugadores por falta de garantías. “Los niños estaban aterrados, llorando, sin entender lo que pasaba. Ellos solo querían jugar fútbol”, narró Rubio, visiblemente afectada.
Lo más preocupante, afirmó, fue la inacción de los organizadores del torneo, quienes no atendieron su solicitud de repetir el partido bajo condiciones seguras. “Premiaron al equipo que generó la violencia. No hubo sanción ni pronunciamiento de la organización”, denunció. Pese a que presentó un recurso formal, no recibió respuesta por parte de los responsables del certamen, encabezados por José Araméndiz.
Rubio lamentó que un evento que debía fomentar la fraternidad y el espíritu deportivo terminara convirtiéndose en un episodio de miedo y frustración para los menores. “Estamos en una sociedad donde los valores están invertidos. El deporte debe ser una herramienta para educar, no para sembrar violencia”, expresó.
El Club Deportivo Toto Rubio regresó a Barranquilla con los 16 niños afectados, quienes se encuentran bajo acompañamiento psicológico tras el impacto emocional sufrido. “Nuestro compromiso —añadió Rubio— es seguir trabajando por un fútbol formativo, donde se prioricen el respeto, la seguridad y los valores humanos sobre cualquier resultado deportivo”.
Hasta el momento ha sido imposible dialogar con el organizador del torneo para conocer su versión sobre lo ocurrido, así como con algún padre de familia perteneciente al otro equipo señalado de ocasionar este escándalo.