Transportarse de una ciudad a otra para observar un partido del Valledupar FC, el equipo de la Primera B de la capital del Cesar, es una verdadera aventura para los miembros de las barras que ya tiene el onceno vallenato a pesar de los pocos años que lleva de participar en el torneo nacional.
Pero de un tiempo para acá, las barras encontraron como subsidiar el transporte. Lo hacen con el cuerpo de las niñas que pertenecen a estos grupos de «aficionados» al futbol. Muchas de ellas, a cambio de sexo, logran que conductores de mulas las lleven a ellas y a sus compañeros.
Tuperfil.Net conoció que son varias las jovencitas, entre los 14 y 17 años, que ya han tenido sexo con conductores de mulas, y que con esto facilitan el viaje tanto de ellas como de sus compañeros.
Ellas son las que deciden
Jose, el lider de una de las barras bravas de Valledupar, habló en exclusiva con Tuperfil.Net. En la entrevista a parte de dar a conocer como funcionan estas organizaciones, señaló que para poder viajar se suben a las mulas sin avisarles, aunque muchas veces corren riesgos como el subirse sin que estos tracto camiones se detengan.
«Eso va en ellas, mas de una han venido con requisitos de la calle» dijo Jose, señalando que son las mismas jovencitas las que deciden si tienen o no relaciones sexuales con miembros de las barras. En lo que tiene que ver con el pago del transporte para la barra, reconoce el lider de una de estas organizaciones, que a veces ellas deciden entregar sus cuerpos a cambio del transporte. » Eso es decisión de ellas siempre» señala Jose.
La mala fama ganada
La mayoría de quienes conforman estas bravas, son menores de edad, quienes ya cuentan con una fama no muy buena, si se tiene en cuenta que han protagonizado riñas y hasta se tiene conocimiento de que algunos han muerto en enfrentamientos con barras de otros equipos.
Vecinos de los barrios Pupo y Ciceron Maestre descansaron desde que los partidos del Valledupar FC dejaron de realizarse en el estadio que mientras era construido el estadio Armando Maestre, fue habilitado en 2015. Debido a los constantes enfrentamientos entre las barras bravas del Valledupar FC con otras barras bravas, eran el epílogo de cada partido.