Tiene mas pinta de ganadero que de locutor. Aunque de hecho es ganadero también, este hombre de 40 años de edad, se gana más la vida hablando de ganado, que criándolo.
Se trata de Juan Carlos Echeverry, un paisa que hace diez años por casualidad terminó haciendo uno de los trabajos más hermosos que existen en torno de las ferias ganaderas en el país; es el encargado de tomar el micrófono y explicarle a los asistentes detalladamente, que ocurre en el coliseo donde son expuestos los diferentes ejemplares.
Acaba de estar en Valledupar, donde fue el encargado de narrar la feria nacional Cebú, que después de 15 años tuvo lugar en esta ciudad. Esta misma ciudad en la que él un día hace diez años comenzó su carrera de narrador de ferias.
“Valledupar es mi casa, aquí comencé hace 10 años, y cada vez que vento me siento como en mi propia casa” dice Echeverry.
Pero no es tan casual que Juan Carlos esté en este oficio. A pesar de que a las ferias llegó porque el narrador de turno no podía trabajar ese día, en los micrófonos ha estado desde niño. Así lo recuerda cuando señala que en Medellín, comenzó desde niño a presentar programas infantiles en el canal regional. Desde entonces, quiso ser comunicador, pero la ganadería pudo más en su momento. No obstante su destino estaba marcado por la comunicación, de alguna manera.
Y es que para él esto es buen negocio. Aunque la narración de ferias no es tan bien paga como si lo es la ganadería como tal, tiene la fortuna de presentar al año alrededor de 20 ferias, algunas incluso en el exterior. Su voz gruesa, pausada y con acento paisa es apetecida en este tipo de eventos.
“ Lo ideal es tener uno conocimiento, eso es importante. Pero lamentablemente hay muchos que están haciendo este oficio son tener idea de lo que hacen” señala el narrador.
Narrar una feria, es dejar espacios en silencio y abrir la boca solo cuando sea necesario. Pero si no estuviera él frente al micrófono, la emoción de una feria ganadera no se sentiría igual.
