En las manos de la Corporación Autónoma Regional del Cesar Corpocesar, parece estar el futuro del arroyo San Antonio ubicado entre los municipios de La Jagua de Ibirico y Chiriguaná. El arroyo será desviado por parte de la multinacional Drumond para continuar con sus explotaciones carboníferas, luego de que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ANLA le autorizada dicha desviación.
El futuro está en las manos de la corporación, porque su director deberá estar en los próximos días en Bogotá, para sostener una reunión con la ANLA y el Ministerio del Medio Ambiente. Allí expondrá los resultados de la visita técnica que deberá hacer a la zona donde se planea la desviación.
Lo que podría ocurrir es incierto aunque se podría presumir que el desvió del arroyo es una decisión irreversible. Luego de la reunión que sostuviera Villalobos con Amilkar Valencia, Gerente Ambiental de la Drumond entre otros directivos de la compañía, los argumentos de la multinacional parecieron creíbles.
Por ejemplo en dicha reunión, la empresa aseguró que no existen comunidades urbanas ni veredales que se abastezcan de agua del arroyo. Lo que si existen según la Drumond, son actividades productivas que dependen del afluente, por lo que la multinacional se comprometió a que no se pierda el caudal por la intervención. Como una de las medidas compensatorias se regulará su caudal hidrológico mediante la inyección de agua proveniente del embalse El Paujil, construido por la empresa minera, el cual tiene un almacenamiento de aproximadamente 10 millones de litros de agua.
La Corporación dio a conocer que luego de la visita técnica, emitirá un concepto acerca de las condiciones en que se encuentra el Arroyo San Antonio y los impactos ambientales del proyecto.