En los últimos días el contralor municipal Álvaro Castilla Fragoso dijo en medios de comunicación radial que se iba a iniciar una investigación para establecer si las quejas sobre los inspectores de policía rural eran ciertas; a los líderes de algunos corregimientos los señalaban de no trabajar como ordena la ley pero si estaban cobrando salario.
Esto propició una mesa de trabajo en la que participaron los inspectores de los 25 corregimientos de Valledupar, el Contralor Municipal, la secretaria de Gobierno Sandra Cujia Mora, entre otros.
El contralor Castilla Fragoso lo invitó a defender sus punto de vista frente a las quejas comunitarias y los inspectores además de asegurar que no es cierta la afirmación que no trabajan como debe ser, expresaron todas las dificultades con las que ejercen su labor.
“Desde el gobierno del doctor Campo Soto no endilgaron labores sociales para las cuales no tenemos las herramientas”, decían unos.
“No tenemos equipo modernos y las soluciones a los problemas de nuestros vecinos tenemos que venir a formatearlas a Valledupar porque allá no tenemos cómo”, decían otros.
A los inspectores rurales los acusaron de no permanecer en sus oficinas y este señalamiento hizo eco en la opinión pública. Lo que no se dijo es que los inspectores no tienen una oficina de donde ausentarse y mucho menos elementos tecnológicos. “No se dé qué oficina me voy a ausentar si mi oficina en mi maletín”, dijo Luis Vega, inspector de La Vega Arriba.
Estos “alcaldes menores”, que reciben sueldo no mayor a millón 200 mil pesos y cuya labor va desde mensajeros del pueblo y voceros de las quejas comunitarias, a salvavidas y docentes, aseguran que todo se trata de politiquería pues, la única manera de separarlos del cargo es convocar a concurso de méritos o hacer que pierdan el trabajo por no cumplimiento de su funciones.
“Estas quejas son cada cuatro años cuanto hay cambio de administración: que los candidatos le ofrecen a los líderes de los pueblos el cargo de inspector, todo el mundo quiere ser inspector, y como no pueden porque los políticos echan mentiras, porque estamos nombrados y no nos pueden botar, entonces viene la inconformidad de líder porque no pueden nombrarlo, y vienen los ataques para que cometamos un error”, puntualizó el inspector de Los Corazones, Marcelino Guerra.
El contralor Castilla Fragoso concluyó la reunión convocada por su despacho, asegurando que las necesidades de los inspectores deben atenderse para que ellos cumplan de mejor manera su labor. “La imagen es terrible, calamitosa, está claro que cumplen funciones que no les competen, eta claro que no tienen dónde operar administrativamente, condiciones precarias, tienen que utilizar sus vivienda para atender a la comunidad. No es que quieran incumplir sus funciones porque es el mismo medio el que los obliga a que no lo hagan”, dijo.
“Esta es una oportunidad para revisar en lo que nosotros hemos venido trabajando y es la debilidad institucional que tenemos en la zona corregimental. Muchos inspectores carecen de una oficina donde trabajar y los que la tienen esta en condicione deplorables. Muy poca logística, carencia de computadores o equipos muy obsoletos”, afirmó Sandra Cujia, Gobierno Municipal.
Aunque la funcionaria anunció que llevara las necesidades de los inspectores ante el alcalde Augusto Ramírez Uhia, también resaltó que existen quejas puntuales sobre la labor de algunos de ellos y esto, dijo, se seguirá investigando.