El corregimiento del Boquerón, perteneciente a La Jagua de Ibirico, está en un proceso de reasentamiento desde hace más de 4 años, que aún no se resuelve, todo esto por el grado de afectación que la explotación de carbón de tres empresas mineras causan a esta población campesina y afrodescendientes.
El proceso que pese a los traspiés se ha venido realizando para 248 familias originales de esa localidad, ha tenido una pausa porque entre otras cosas, una numerosa comunidad que ha llegado después del 2012 continua solicitando participación en la mesa de concertación.
Esta situación ha generado sospechas en el pasado de oportunistas atraídos por la certeza de una indemnización por parte de las multinacionales mineras, debido a la afectación en la salud de la comunidad que genera la explotación carbonífera.
Flower Arias, miembro del comité de concertación establecido entre la comunidad y las empresas Drummond, Prodeco y CNR, entidades operadoras e interventoras del proceso de reasentamiento, asegura que aunque no se sabe a qué lugar sería trasladado el pueblo y sus habitantes, se espera que las próxima reunión a finales de julio haya un avance.
“Hay una gran asamblea que se realizará el 31 de julio para determinar qué participación en la mesa de concertación tendrán las inmigraciones del Boquerón. Ellos están cobijados con el reasentamiento porque fueron aceptadas, hubo reunión entre empresas, operador, interventoría”, dijo Arias.
El líder comunal habla de la llegada de 800 familias después del 2012 cuando se aprobó por resolución el reasentamiento y esto por obvias razones alteró el proceso de reubicación.
La asamblea será el 31 de julio a partir de las 8:00 am y contará con la presencia de los miembros de la mesa de concertación, de los que se espera una resolución en este asunto.
