En relación con el precio de la gasolina, se espera que alcance alrededor de $16.200 una vez que se complete el proceso de incremento, lo que representaría un aumento de alrededor de $1.800 en tres meses. Este ajuste responde a la necesidad de cerrar la brecha entre el precio nacional y el precio internacional del petróleo.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, anunció que después de completar el proceso de aumento en el precio de la gasolina, se iniciará un proceso similar con el precio del diésel. Esta decisión no está relacionada con las elecciones del 29 de octubre, como se ha especulado, sino que se basa en consideraciones técnicas y presupuestales.
El ministro explicó que la necesidad de resolver la complicada situación relacionada con la compensación a los taxistas ha llevado a la decisión de no aumentar el precio de la gasolina en octubre. Aún no se ha alcanzado un acuerdo entre el Ministerio de Transporte y los taxistas sobre el mecanismo de compensación, lo que ha generado incertidumbre y retrasos en el aumento de precios.
Sin embargo, el ministro reconoció que el aumento en el precio del diésel será un desafío mayor que el de la gasolina. Se están diseñando propuestas para incentivar a los transportadores a cambiar al uso de gas en lugar de diésel, y se considera un ajuste gradual en el precio del diésel, posiblemente de $400 mensuales, para mitigar impactos negativos en la inflación y el costo de vida.
El ministro Bonilla enfatizó que el aumento de la gasolina en noviembre se llevará a cabo sin importar las consideraciones políticas y que el Gobierno está comprometido en mantener un equilibrio en los precios de los combustibles. La prioridad es resolver la situación de los taxistas y garantizar la sostenibilidad económica.