Acompañado de varios de sus colaboradores, poniendo en orden algunos documentos, estaba este domingo 5 de julio, el rector de la Universidad Popular del Cesar Jesualdo Hernández en su oficina de la sede de la institución en el balneario Hurtado. Vestido de camiseta y cachucha, pinta propia de un domingo, El Chiche como cariñosamente le dicen sus amigos, se estaba preparando para abandonar su cargo. Lo hará este martes 7 de julio, día en que entregará la rectoría a Carlos Oñate, designado por el Consejo Superior como su sucesor.
Y la nostalgia se nota. Según él porque se va de la UPC con algunas frustraciones. Se trata de metas que no alcanzó durante cuatro años.
Pero más allá de eso, Hernández siente que deja la institución en un momento eminentemente político, pues coincidió la elección estamentaria, con el proceso electoral que elegirá alcalde, gobernador, concejales y diputados en el mes de octubre. Esas circunstancias se entrelazan, y provocan que afloren sentimientos de odio y rencores a decir de Hernández Mieles.
“ Eso solo se cura es con el amor que debe habitar en nuestros corazones” dice el saliente rector de la UPC quien reconoce que le quedaron pendientes algunas cosas como la consolidación de la universidad en el municipio de Chiriguana y la no acreditación de siete programas académicos.
Sin embargo Jesualdo Hernández tiene cosas de las que puede sacar pecho. Y menciona algunas, como son el registro calificado, y el aval que dio el Consejo Académico para la acreditación en alta calidad para siete programas, tarea que debe concluir el entrante rector.
En materia de infraestructura, el saliente rector inaugurará este lunes el laboratorio de cuatro pisos en el campus de Sabanas y el inicio de 32 aulas en un edificio de cuatro pisos que comienza a ser construido entre otras obras.
“ Siempre vamos a seguir con el mismo cariño a donde uno esté en pro de la UPC” dice Hernández Mieles, quien dijo que desde el miércoles aprovechará el tiempo para dedicarse
