Los vallenatos somos sui géneris, únicos en nuestra especie. Hemos tenido la oportunidad de oro en nuestras manos, y la hemos dejado perder. Y se nos volvió costumbre. Por ejemplo, hace unos años, perdimos la oportunidad de un segundo periodo con el que ha sido catalogado el mejor Alcalde en la historia de nuestro municipio. Rodolfo Campo Soto no ganó las elecciones porque anunció el cobro del reflejo, un impuesto por el uso de los pavimentos en la ciudad y normal en cualquier ciudad del país. En consecuencia quienes votaron, lo  hicieron por Jhony Pérez Oñate, el mismo que se dejó meter el dedo en la boca por el gobierno de Pastrana, para que este nos dejara el legado de la Tramacúa, que a decir de algunos, muchos dolores de cabeza nos ha causado.

Luego, nos dimos el lujo de no elegir a un ejecutivo como José Calixto Mejía, simplemente porque Ciro Pupo se hizo pasar de indio, y nos prometió competencia para Electricaribe. Uno de los gobiernos más cuestionados ha sido precisamente el de este liberal que hizo mucho en lo social, al que yo si le reconozco algunos logros, pero que no trajo la competencia a la empresa de energía, que hoy sigue siendo el látigo con el que se castiga a los más pobres.

Y ahora, nos acabamos de dar el lujo de dejar ahogar a Ernesto Orozco Durán, un gerente de esos que tantos años hemos soñado y reclamado tener, para enrutar a la ciudad por un mejor destino.

¿Estoy dolido? ¡No se imaginan cuánto!. Y me duele por mi ciudad, por los argumentos con los cuales los electores dejamos perder oportunidades como esta, pues la mayoría decidió votar por El Mello Castro, movidos por las emociones que se despiertan durante una campaña. Emociones basadas en argumentos mentirosos como los siguientes:

Ernesto está investigado por nexos con paramilitares. Hasta el momento ningún organismo del Estado se ha pronunciado acerca de este rumor que se dejó circular en las redes sociales. Y les aseguro, que dicho pronunciamiento no llegará.

Ernesto investigado por contrato para viviendas hechos con el gobierno de Tuto Uhía. Otra  mentira que fue desvirtuada a través de un comunicado emitido por Orozco Durán, pero al que la masa no le paró ni cinco de bolas.

Ernesto me quitará la moto. No se en qué medio de comunicación, o en qué plaza pública el candidato se refirió a este tema en esos términos. Jamás le escuché hablar de eso y se que no lo hizo.

Ahora bien, la campaña de Ernesto Orozco puede haber cometido algunos errores que enumero a continuación:

No se pudo desmarcar a tiempo de la administración municipal que encabeza Tuto Uhía. Sin ser este el peor alcalde que haya tenido el municipio, habiendo llenado a la ciudad y a la zona corregimental de obras de infraestructura, la popularidad del Alcalde está por el suelo, y la gente salió a castigarle sus errores, magnificados por el resentimiento de algunos que dejaron de disfrutar de la mermelada con la que arrancaron gobierno, o simplemente siempre fueron mantenidos a raya por el mandatario municipal, pese a haberse dado la pela con él en campaña.

En las últimas semanas, “ Ernesto arregla esto”, se convirtió en el eslogan que debió ser la constante desde el inicio, pero que a alguien se le ocurrió después.  Era muy tarde para tratar de marcar distancia del burgomaestre y de Ape Cuello, cuando dicha distancia debió marcarse desde el inicio, pero que me imagino no pudo hacerlo por el ego que se, afecta a nuestros políticos, que no permiten ser opacados. En el caso particular del Alcalde, a este le pasa como a la mayoría, no caen en la cuenta que en el último año de gobierno  son un cadáver.

Súmele el error del actual Alcalde de Valledupar, quien aplicó la del Príncipe de Maquiavelo, que es la de llegar al poder con un grupo y gobernar con otro. Se volvieron especialistas en “chaquetear” a muchos que los apoyaron en las verdes, pero no probaron las maduras. Algunos de esos, supimos diferenciar entre el Alcalde y el candidato, y nos pusimos el overol por Orozco Duran. Otros no entendieron eso, y más bien se fueron al otro lado a despotricar del Alcalde ligándolo al candidato que hizo de chivo expiatorio.

Hay que destacar sin embargo que las estrategias de El Mello, o la campaña de este, le salieron bien.  Primero sea dicho, el resentimiento de quienes rodearon al Mello, lo supieron transmitir a los electores, disfrazado dicho resentimiento con la promesa de un cambio. Pero, ¿cuál cambio?. Detrás del Alcalde electo, están muchos que estuvieron al lado del Alcalde actual, haciendo eso sí, lo que no supieron hacer Ape y Tuto, y es mantener el bajo perfil. Y súmele que El Mello, es un muchacho de la élite, que no sabe lo que es la pobreza, aunque haya dormido en humildes barrios durante la campaña.

De otra parte, una  frase de combate como “ El Mello Vá”, cala en un pueblo tan folclórico como el nuestro, en donde a veces confundimos entre lo que es un cantante vallenato y un político.  La frase arropa, mueve, suma.

Y en lo que tiene que ver con promesas, surgieron unas populistas como “no voy a combatir el mototaxismo”. Esas ya  fueron hechas por Fredys Socarrás y por Tuto Uhía, pero al  cabo de varios meses, no soportaron la presión de los transportadores legalmente constituidos y luego de ver por doquier el letrero de “ el alcalde nos quebró” le dieron carta blanca al Comandante de la Policía, quien impone al fin de cuentas las políticas en materia de seguridad en el municipio.

Y por último, El Mello es un pelao con carisma, sabe abrazar, sobar, y a la gente eso en Valledupar le encanta.

Ahora bien, el matrimonio institucional que tanto le funcionó a Tuto Uhía con Franco Ovalle, podrá vivirse en los cuatro años que vienen  también, pues Luis Alberto Monsalvo y El Mello Castro, son amigos desde hace mucho tiempo, hay empatía entre ellos y de seguro eso le convendrá a Valledupar. No obstante, conociendo a mi pueblo como lo conozco, en cuatro años El Mello será el más odiado de todos los vallenatos, comenzando por algunos que hoy lo han cargado sobre sus hombros. Ojalá que cuando apoye a su candidato para reemplazarlo, lo haga de la manera más discreta y permita que hasta lo critique en plaza pública, para que la gran masa se coma el cuento. Al fin de cuentas, aquí los cuentos se comen fácilmente.

El Mello Castro es el Alcalde de todos los vallenatos, de quienes votaron por él y quienes no lo hicimos. Le deseamos lo mejor, porque como dicen por ahí, si a él le va bien, nos va bien a todos.

Por Limedes Molina Urrego

Director Tuperfil.net

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