Así anunciaban los programas de televisión de humor antiguamente, cuando querían posar de sinceros los productores de estos espacios. La gente ya había captado que las risas que se escuchaban cada vez que los actores decían algo que supuestamente era gracioso, eran superpuestas, y no reales.
Pues a la oficina de prensa de la Presidencia de Colombina, le hubiese quedado mejor advertir al inicio del video del Presidente Petro durante su intervención en la asamblea general de la ONU, que los aplausos que se escucharían al fondo, eran grabados, editados.
Risas no, no hubo, aunque la verdad la intervención de Petro fue un chiste. Malo por cierto.
De hecho los aplausos que le sirvieron de fondo, dicen, eran los que había provocado antes el presidente Joe Biden de los Estados Unidos en la misma asamblea.
Vea usted, para eso si somos pro gringos.
Al igual que ocurrió en 2023, Gustavo Petro poco interés despertó por parte de los otros presidentes durante la asamblea de la ONU. Tal como ocurrió el año pasado, el recinto quedó prácticamente solo a la hora de la alocución de nuestro presidente.
Lo escucharon las ánimas del purgatorio.
Pero es que, qué interés puede provocar el discurso de un mandatario que lo primero que hace es mostrar su complejo de inferioridad, aduciendo que a los países pobres no los escuchan.
¿Qué interés puede producir el discurso de alguien que se va a defender a un régimen como el de Nicolás Maduro,?
Eso es querer ir en contravía de la realidad.
Lo que debería hacer Petro, es atender el llamado del Congreso que le exige de una vez por todas, que reconozca el triunfo de Edmundo González.
No, Petro sigue defendiendo lo indefendible. ¡ Que descaro!.
Ojalá en algún momento nuestro presidente caiga en la cuenta de que necesitamos que trabaje por solucionar los problemas de Colombia, que por lo menos están a su alcance.
Y por fin deje de intentar posar como el mesías del mundo.