Los trastornos psicológicos (trastornos mentales como son conocidos por muchos) según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son psicopatologías que afectan el pensamiento, el comportamiento y las emociones de las personas, pudiendo interferir significativamente en su vida diaria.
En la actualidad, la ansiedad y la depresión se han posicionado como dos de las condiciones más prevalentes a nivel mundial. Las causas que llevan a las personas a padecer estos trastornos pueden estar relacionadas con factores genéticos, biológicos, psicológicos y del entorno social. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en 2023 alrededor de 970 millones de personas en el mundo padecen trastornos psicológicos, y se proyecta que esta cifra aumente a 1.000 millones para el año 2024. La pandemia del COVID-19 ha contribuido significativamente al incremento de estas enfermedades, generando un impacto en la salud psicológica de la población a nivel global.
En muchas ocasiones, los trastornos psicológicos pueden estar relacionados con la falta de habilidades de afrontamiento y la sobrecarga de compromisos cotidianos. A menudo, asumimos múltiples responsabilidades y desafíos sin considerar el impacto que estos pueden tener en nuestra salud emocional. El ritmo acelerado de la vida moderna, caracterizado por largas jornadas laborales, exigencias familiares, presiones sociales, el uso constante de la tecnología, y la dificultad para desconectar y descansar, puede generar altos niveles de estrés, agotamiento emocional, ansiedad y depresión. Estas condiciones pueden desencadenar consecuencias significativas en la salud psicológica, como la disminución del bienestar emocional, la pérdida de calidad de vida, y el deterioro de las relaciones interpersonales.
Es fundamental reflexionar sobre la importancia de establecer límites, priorizar el autocuidado y buscar un equilibrio entre las demandas de la vida diaria y el bienestar emocional.
Además del ritmo acelerado de la vida moderna, existen diversas condiciones sociales, familiares y de relaciones que pueden contribuir al desarrollo de trastornos psicológicos. Entre estas condiciones se encuentran la presión social por alcanzar estándares de éxito, la exposición a situaciones de violencia, abuso o trauma, la falta de apoyo emocional en el entorno familiar, la discriminación, el acoso, la inestabilidad económica, la soledad, la falta de redes de apoyo, y la ausencia de recursos para afrontar situaciones estresantes.
Asimismo, las dificultades en las relaciones interpersonales, la falta de comunicación efectiva, la presencia de conflictos familiares, y la carencia de vínculos afectivos sólidos pueden influir en el desarrollo de trastornos psicológicos. Estas condiciones pueden generar un impacto significativo en la salud psicológica, subrayando la importancia de abordar no solo los factores individuales, sino también los contextos sociales y relacionales que influyen en el bienestar emocional.
Para prevenir los trastornos psicológicos, es crucial promover acciones diarias que fomenten el bienestar emocional, como la práctica de ejercicio físico, la adopción de hábitos de sueño saludables, la alimentación balanceada, la gestión del estrés y la búsqueda de apoyo social. Es fundamental estar atentos a ciertos signos de alerta que podrían indicar la presencia de un trastorno psicológico o la propensión a padecerlo, como cambios bruscos de humor, aislamiento social, alteraciones en el sueño, cambios en los hábitos alimenticios, entre otros.
En este sentido, es esencial asumir comportamientos que contribuyan a la prevención de trastornos psicológicos, especialmente la ansiedad y la depresión. La búsqueda de ayuda profesional, la comunicación abierta sobre las emociones, la práctica de técnicas de relajación, la promoción de un entorno social comprensivo y solidario, así como la adopción de un enfoque positivo y proactivo ante los desafíos cotidianos, son acciones que pueden ser de gran ayuda para preservar la salud mental y prevenir la aparición de trastornos emocionales.
Por Dr Ricardo Méndez Robles
Psicólogo especialista en educación, cultura y política